PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

sábado, 17 de diciembre de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO 4° DE ADVIENTO, CICLO A

No somos imprescindibles pero sí importantes
(Mt 1, 18-24)

«José, hijo de David, no temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).

«Al lado de la Virgen está José, su esposo. Un joven humilde, trabajador de pueblo, que nos da un ejemplo de actitud abierta hacia Dios y sus planes. Él no entiende del todo el papel que Dios le asigna en la venida del Mesías. El evangelio nos ha contado sus dudas: no porque sospeche nada de María, o porque ignore lo que en ella ha pasado. Precisamente porque José ya conoce el misterio sucedido y sabe que el hijo que va a tener María es obra de Dios, por eso, en su humildad, no quiere usurpar para sí una paternidad que ya sabe que es del Espíritu y se quiere retirar: no comprende que él pueda caber en los planes de Dios. Es el ángel el que le asegura que sí cabe: va a ser esposo de María y por eso va a hacer que el Mesías venga según la dinastía de David. José acepta los planes de Dios. Junto con María, también José es un modelo para todos nosotros, abierto a la Palabra de Dios, obediente desde su vida de cada día a la misión que Dios le ha confiado». (J. ALDAZABAL)

Siempre me da la vuelta por la cabeza lo siguiente: “para Dios, nadie es imprescindible, pero para Él, todos somos importantes”. Es decir que Dios continuará su plan de Salvación a pesar de nuestros no tan frecuentes y de nuestras rebeldías tan fáciles; por el contrario, Él nunca se cansará de buscarnos y de ofrecernos la salvación. Ninguno de nosotros puede sentirse un excluido o marginado de Dios; Él no nos abandona ni nos hace de menos; en todo caso, si discernimos bien, somos nosotros los que caemos ante estas exclusiones y marginaciones. Por tanto, tratemos de descentrarnos, sacarnos de “yo y sólo yo”; esta es una vieja y renovada tentación: considerarnos irremplazables e insustituibles. No se trata de abandonar puestos, responsabilidades y encomiendas así como así, sino de superar nuestra estrechez y autoreferencialidad.

Sepamos abrirnos a los planes y caminos de Dios. No desesperemos si hoy nos sentimos como José un poco confundidos y solos; cultivemos la docilidad y la humildad de San José para que en su momento, veamos con más claridad y podamos caminar con mayor firmeza ¡¡¡Buen domingo!!!

sábado, 10 de diciembre de 2016



El Dios que esperamos y el Dios en el que creemos
Mt 11, 2-11


«¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?». (Mt 11, 3).

«Juan está perplejo. Es extraño. Cuando estaba en el desierto, había logrado ver con claridad. En la prisión parece que ya no lo comprende. "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?". Es verdad que él nunca había tenido pretensiones. Sabía cuál era su papel. No tenía intención alguna de permanecer en escena ocupando un puesto que no era el suyo. El protagonista era otro. Podríamos decir: el Bautista ha acertado acerca del tiempo, pero se ha equivocado respecto al modo. Ha sabido indicar exactamente al esperado, pero no ha dado en el punto justo del estilo de su acción». (ALESSANDRO PRONZATO)

¿Cuál será la imagen que nos hemos hecho de Dios? ¿Cuál es el Dios que estamos esperando y preparándonos para recibir? ¿Cuál es el Dios en el que creemos? Son preguntas que me surgen de esta experiencia que habría tenido Juan el Bautista. No es fácil responder, es mejor dejarnos interpelar y que el Espíritu Santo nos ayude a responder. En el Credo está la síntesis del Dios en el que creemos y esperamos, pero cuidado, porque muchas veces sólo lo profesamos con la boca. Esto aunque parezca provocativo o jocoso es así; e incluso puede estar pasando en mi vida o en tu vida. 

Jesús se acerca a la humanidad para ofrecer el verdadero camino hacia la felicidad. Y predica la Buena Noticia de que Dios nos ama. Jesús es el rostro visible y los gestos cercanos de la ternura del Padre misericordioso. Pero, este Dios de amor y de ternura también puede defraudar a aquellas personas que se han hecho un Dios a su imagen y semejanza. Un Dios del miedo y del castigo. Un Dios que tiene que escuchar y sacarnos de los apuros. Un Dios que tiene que “premiar” nuestras buenas obras. Un Dios que destruye a “mis” enemigos. Un Dios milagrero. Un Dios que se contenta con que sus devotos cumplan ciertas normas y leyes. Un Dios que me tiene que dar el cielo, gracias a “mis” méritos...

El Dios que espero y el Dios en el que creo… espero y creo en tu misericordia, Señor. Ojalá dejemos que el Espíritu Santo sostenga nuestra esperanza e ilumine nuestra fe para que podamos amar como somos amados por el Dios verdadero. ¡¡¡Buen domingo!!!

sábado, 3 de diciembre de 2016

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO DEL 2° DOMINGO DEL ADVIENTO, ciclo A

LA CONVERSIÓN HOY
Mt 3, 1-12
"Se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca" (Mt 3, 1-2).

El evangelio nos presenta la figura de Juan Bautista, típica del Adviento como una enérgica llamada a preparar el camino del Señor y de su Reino. Los elementos que encontramos hoy son sobre todo su llamada a la conversión (= a la renovación) por un motivo muy real: hay una posibilidad de más vida, más justicia, más amor (es lo que significa «está cerca el Reino de Dios»). Es necesario preparar el camino del Señor (anhelar su venida, creer en ella, eliminar obstáculos, trabajar por su Reino). La austeridad de vida de Juan es un testimonio de que es preciso tomárselo en serio (desde la riqueza, desde la comodidad, no se hace nada). Ni es suficiente el simple cumplimiento ritual, exterior (es la severa crítica a «fariseos y saduceos»). Hay que «dar el fruto que pide la conversión». 

Me pregunto: ¿La conversión es posible en mi vida? Aquí, allá y más adelante, se nos invita tanto a esto que quizá he caído en una escucha formal y estéril. Quizá la conversión, que es mucho más que una palabra, ha entrado en mi costumbrismo; la conversión ha quedado en el cajón de las cosas obsoletas. Hablar y escuchar hablar de conversión es pensar automáticamente en aquello que ya lo intenté tantas veces que me he convencido que es una utopía o mi amor imposible. 

Cuando se habla de conversión se habla de cambio de actitud, de mentalidad, de proyectos, de camino y de vida. El cardenal Newmann tiene una frase que quizá me ayude a salir de este círculo vicioso en el que he caído. Él dice: “Aquí en la tierra vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces”. Cambiar se ha de entender en la óptica de la conversión; un cambio íntimo del corazón del hombre. Vivir es cambiar. En el momento en que este deseo de cambiar desaparece, tú ya no eres un vivo. Una confirmación se nos da en el Apocalipsis cuando el Señor dice: “Parece que estás vivo, pero estás muerto” (3,1) Además “ser perfecto es haber cambiado muchas veces”. Parece que el cardenal Newmann quisiera decir: “El sentido del tiempo es mi conversión”.

Quiero cambiar, necesito cambiar, puedo cambiar. También este tiempo de adviento se mide en función del proyecto que Dios tiene sobre mí. Debo continuamente abrirme a la novedad de Dios, estar disponible a dejarme renovar por Él. ¡¡¡Buen domingo!!!

domingo, 30 de octubre de 2016

Los “zaqueos” de hoy

(Lc 19, 1-10)



"Hoy ha llegado la salvación de esta casa; ya que este hombre es también un hijo de Abrahán, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido."

En el Evangelio de hoy (Lc 19, 1-10) y que solo se encuentra en Lucas, se nos narra que Zaqueo, quería ver a Jesús, "pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura". Pero Zaqueo tenía sus impedimentos. Uno era el de la estatura. Otro era el de la gente, que no le dejaba ver. Pero Zaqueo era un hombre decidido, y encontró la manera de superar estos problemas. Zaqueo era bajito y pecador. Zaqueo quería ver a Jesús, pero la gente se lo impedía. Esto también nos pasa a nosotros. Por una razón o por otra, Zaqueo soy yo. Zaqueo subió a un árbol. Es un hombre dispuesto a superar dificultades.

Amigo y amiga, la comunidad te ayuda y a veces te impide ver a Jesús. No te rasgues las vestiduras por lo que ves y protagonizas en tu comunidad; en todo caso, cada día, comprométete mas con ella. Donde hay personas siempre habrá humanidades, miserias pero también aquellas experiencias tan edificantes, tan consoladoras y positivas. Busquemos salir a la comunidad, no quedarnos en nuestro nidito; salgamos al encuentro de Jesús que viene a cada uno de nosotros en comunidad.
Hay muchas situaciones en las que nos toca reconocer que por tener prioridades ajenas a la familia, a la verdad y fraternidad, nos hemos alejado como Zaqueo y que como en él, la talla de Jesús nos queda grande, la comunidad nos impide ver y encontrarnos con Jesús; por eso mismo, busquemos los medios, no nos quedemos de brazos cruzados esperando que Jesús nos agarre de la oreja o de la patilla y nos vuelva a las prioridades de la familia, de la verdad y fraternidad; de la santidad.
Zaqueo, un hombre rico (no es sólo sinónimo de los que tienen muchos bienes), jefe de publicanos (¿te acuerdas del publicano en el templo?), "petiso", inquieto y aquél que se jugó todo para un encuentro que le cambió la vida. Yo soy Zaqueo, yo quiero ser como Zaqueo, yo quiero terminar como Zaqueo. ¡¡¡Buen domingo!!!

domingo, 9 de octubre de 2016

DAR LAS GRACIAS Y CON LO QUE LAS MERECE
(Lc 17, 11-19)
¿Cumpliendo cada uno de estas leyes nos consideremos sanos-salvos? Estamos en camino permanente y en la búsqueda constante de la sanación y salvación.

«El Evangelio pone en escena a diez leprosos curados por la fe en Cristo; esta fe obtiene la salud y no la ley, ya que es un extranjero, un separado, un cismático, profundamente despreciado por los fariseos, el que supera a los demás en la aproximación a Cristo. Se falsearía el eje esencial del texto evangélico si se viera en él en primer lugar un reproche de nuestra ingratitud con Dios. Es cierto que muchas veces cometemos esta ingratitud y que uno de nuestros primeros deberes es dar gracias a Dios. Pero ésta no es más que una lección accesoria de nuestro relato. (...) Los leprosos se fían. Durante el camino son curados. Y entonces pasa esto: Los que están sometidos a la Ley, los nueve judíos, se atienen a la aplicación de esta Ley y con ello se consideran libres de deudas. Sólo el décimo "comprendió". En lugar de ir, con los otros, a cumplir con una Ley inútil, "vuelve sobre sus pasos", "glorificando a Dios", "dando gracias a Jesús". En adelante será por Jesús por donde pase la gloria de Dios y toda la Eucaristía (cf. Jn 4. 20-26). Y es un samaritano el único que ha comprendido esto» (PUYO/REY-MERMET).

Vos y yo tenemos los diez mandamientos de la ley de Dios, los 5 mandamientos de la Iglesia y muchos cánones donde están nuestras obligaciones y nuestros derechos; la pregunta es: ¿cumpliendo cada uno de estas leyes nos consideremos sanos-salvos? El Evangelio del hoy nos hace ver la sanación y la salvación de un modo distinto. Interioricemos más la situación de los leprosos y cambiemos nuestras ideas del cumplimiento, del deber y de lo mandado. 

Encontrarse con Dios es el gran reto del hombre sobre la tierra. Quiera o no reconocerlo, así es. Encontrarse con Dios es, sobre todo, el gran reto para un cristiano que, por el hecho de serlo, no quiere decir que lo haya ya encontrado, ni mucho menos. Podemos vivir toda una vida llamándonos cristianos y no haber descubierto de verdad a Dios, ni siquiera haberlo barruntado.

Ojalá que con la perseverancia y confianza en Dios, Padre Misericordioso, Cristo Salvador y el Espíritu Santificador, cada uno de nosotros reciba aquello que implora. María, Madre del Salvador, ruega por nosotros. Amén.



domingo, 2 de octubre de 2016

EL PERDÓN, LA FE Y LA SERVICIALIDAD

Lc 17, 3b-10

Jesús nos invita a donar el perdón, ya que gratuitamente hemos sido perdonados, entonces también gratuitamente debemos perdonar. Antes nos pide llamar la atención a quien se equivoca o se porta mal. Lo primero requiere de fortaleza, valor pero sobre todo caridad; es lo que llamamos “corrección fraterna”. Lo segundo es aparentemente más fácil porque sólo hemos de perdonar; pero no es tan así. Hay muchas personas que hoy por hoy no pueden perdonar. Pero sucede también que nosotros mismos podemos estar equivocados o portarnos mal; entonces es a nosotros a quien nos deben practicar la corrección fraterna; el tema es si la recibimos bien y si pedimos perdón. Como siempre, sale al encuentro de nuestra fragilidad Dios con su ayuda. Por la fe podemos superar las limitaciones que descubrimos en cada uno; por la fe caminamos por oscuras quebradas; por la fe animamos a otros a seguir su marcha; por la fe -alguien dijo- somos invencibles. Es así que todos los días hemos de suplicar al Señor que nos aumente la fe. Seguramente que donando y recibiendo el perdón, pero desde nuestra fe, seremos hombres y mujeres serviciales, que hacemos lo que hacemos no para que nos recompensen o para que nos dediquen una calle, inmueble, etc. Todos lo hemos de hacer para gloria de Dios, bien de nuestras almas y salvación de nuestros hermanos. Nada más. San Ignacio de Loyola enseñaba y practicaba que todo debía ser hecho “para mayor gloria de Dios” y a la pregunta de para qué hemos sido creados por Dios, nos decía: “El hombre ha sido creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios Nuestro Señor, y mediante esto, salvar su alma”. Que el perdón (donado y recibido), la fe (como virtud o fuerza sobrenatural) y la servicialidad (actitud perseverante) nos hagan ser verdaderamente felices y auténticos.

lunes, 26 de septiembre de 2016

PARTE DE PRENSA DE LA PARROQUIA POR NOVENA Y FIESTAS PATRONALES: “MARÍA, HAZNOS MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE”



·  Misa por nuestra Parroquia en Cafayate: Este jueves 29 de septiembre a hs 20 la Parroquia de Cafayate invita a la feligresía de nuestra jurisdicción, a participar de la celebración de la Santa Misa en la Catedral y aprovechar las Indulgencias que se ofrecen en el Año de la Misericordia. Con este motivo, un grupo de colaboradores de la parroquia de Colalao del Valle se encuentran organizando este viaje. A los interesados en participar del mismo, solicitar más información en la casa parroquial o consultar con Ana Moya.

·     Rezo del Rosario de la Aurora: Como es ya una sana costumbre en nuestra comunidad, todos los días de la novena, comenzando desde el viernes 30 de septiembre, se rezará el Rosario por las calles de nuestros barrios. La salida es a hs 6 en punto de la mañana desde el templo parroquial. Los esperamos a todos y recuerden que… Al que madruga, Dios lo ayuda.

·    “Bicicleteada de bajada, traslado y entronización de la Sagrada Imagen Patronal”: Tendrá lugar este viernes 30 de septiembre. Concentración en la Iglesia parroquial a hs 16,30 y salida para el lugar correspondiente. Este año la Sagrada Imagen será acompañada, por todos los que lo deseen (bicicletas, caballos y cualquier vehículo), desde el límite con el departamento de Salta; más precisamente desde la Finca y Bodega que se encuentra cerca del km. 4.314 a la vera de la Ruta Nacional N° 40.
Para quienes no puedan trasladarse hasta ese lugar, se los invita a esperar la llegada de la Sagrada Imagen en la gruta de la Medalla Milagrosa aproximadamente a hs. 18, desde donde será acompañada en procesión y caminando. Se recuerda que la misa de inicio de la novena será al llegar y entronizar a nuestra Santa Patrona.

·      Santa Misa vocacional presidida por el rector del Seminario de Tucumán: El sábado 1° de octubre a hs 19,30 la misa y novena en su segundo día, será celebrada por el presbítero Marcelo Lorca, rector del Seminario Mayor de Tucumán y acompañado de cuatro seminaristas. La misa contará con testimonios, cantos y reflexiones sobre la vocación a la vida sacerdotal.

·      Rosario Misionero en la Plaza Miguel Critto: El sábado 1° de octubre, luego de la Misa y Novena, se realizará en el centro de la Plaza citada, un rosario misionero a cargo de los grupos de catequesis de la parroquia. Se invita de modo especial a los padres de todos los niños a este importante evento en el mes de las misiones.

·      Misa presidida por el párroco de Amaicha del Valle: El lunes 3 de octubre a hs 19,30 la misa y novena en su cuarto día, será celebrada por el presbítero Roberto Aguírrez. Recordamos que nuestra comunidad, antes de ser erigida como parroquia, fue por muchos años atendida desde esta parroquia vecina. Celebremos agradecidos nuestro octavo año de parroquia.

·    Administración del Sacramento de la Unción de los Enfermos: Se invita a todas aquellas personas que, en razón de su salud o edad, quieran recibir el Sacramento de la Unción, el mismo, será administrado dentro de la Misa y novena del lunes 3 de octubre en la Iglesia parroquial.

·   Celebración de Confesiones: El lunes 3 de octubre, luego de la misa y novena, tendrá lugar la celebración de las confesiones. Más precisamente a partir de hs 20,30. Acudamos debidamente preparados a recibir la absolución de nuestros pecados; celebremos más y mejor nuestras fiestas patronales ganando Indulgencias plenarias.

·  Peregrinaciones en el Jubileo extraordinario de la Misericordia: Nos dice el Papa Francisco: Que «La peregrinación, sea estímulo para la conversión: atravesando la Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros».
Como todos los años, se invita a las comunidades de la parroquia y a quienes lo deseen, a organizarse para realizar desde sus parajes o comunidades, la peregrinación para atravesar la Puerta de la Misericordia de la Parroquia de Colalao del Valle. El sábado 8 de octubre desde las 8 de la mañana, se los espera con un rico desayuno y la Santa Misa de los peregrinos a hs 10,30 de la mañana.

·    Primera Misa patronal: Este año, el domingo 9 de octubre, se oficiará a hs 8:15 de la mañana la primera misa para todas las personas que lo deseen o que tengan compromisos de cualquier índole y no puedan participar de la Misa central.

·      Misa central en la Plaza principal presidida por nuestro Padre Obispo monseñor José Demetrio Jiménez: Este año contaremos con la presencia del obispo prelado de la Prelatura de Cafayate, quien nos visitará y presidirá la Misa de hs 10 en la plaza principal de nuestra comunidad. Bienvenido monseñor José Demetrio a nuestra comunidad y parroquia.


·      Bingo de la parroquia: Como en años anteriores, un grupo de colaboradores junto al cura párroco, ofrecen a los presentes un bingo para recaudar fondos para refacciones, adquisiciones y otros gastos necesarios en la parroquia. Al respecto se solicita a quienes colaboran vendiendo este bingo, vayan acercándose a rendir con tiempo. Desde ya muchas gracias a quienes están colaborando, ya sea adquiriendo el cartón u ofreciéndolo.

domingo, 28 de agosto de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DÍA, Domingo 22 del Tiempo Ordinario, ciclo C

HUMILDAD Y GENEROSIDAD SOBRE TODO Y PARA TODOS
Lc 14, 1.7-14

Lucas nos presenta a Jesús tomando parte en la comida del sábado en casa de un fariseo importante. En esta ocasión Lucas parece tener especial interés en resaltar la actitud observadora de los protagonistas.
Fruto, en efecto, de ella son las palabras de Jesús, a las que Lucas califica de parábola (ejemplo, según la traducción litúrgica). En realidad son dos las parábolas: la primera dirigida a los invitados, la segunda al anfitrión.
Una parábola de Jesús es una ilustración, una instrucción gráfica en la que las situaciones están deliberadamente agrandadas y exageradas, de forma que produzcan en el oyente un impacto, que le lleve a dar vueltas y vueltas a lo escuchado hasta captar su sentido.
La primera parábola de hoy está formulada en términos de recomendación práctica para invitados a un banquete. No sentarse a la cabecera de la mesa sino en el último lugar.
Cabecera por oposición a último lugar. El impacto está asegurado por el grafismo de la recomendación. Pero pronto ésta evoca otras cosas. Cabecera, preeminencia, importancia, prestigio, último lugar como expresión de todo lo contrario.
Empezamos a intuir que lo que Jesús propugna es una subversión de valores, negando los habitualmente tenidos por tales. Lo alto es bajo, lo bajo es alto. «El que se enaltece será humillado, el que se humilla será enaltecido».
Lo que parecía ser una recomendación práctica para invitados es en realidad la negación de valores socialmente tenidos por tales e individualmente apetecidos y buscados.
La segunda parábola es de las imposibles de olvidar. Sus imágenes deliberadamente agresivas garantizan el impacto y el desconcierto. Sin embargo, el propio lenguaje de la parábola nos pone en la pista de sentido.
Tres veces resuena el verbo «quedar pagado» y una el verbo «corresponder». Empezamos a intuir que lo que Jesús propugna es la actuación desinteresada.
Descubrimos que estos rasgos apuntan directamente contra comportamientos que parecen connaturales y enraizados en la psicología tanto de los individuos como de los grupos. La búsqueda de prestigio parece obedecer a una necesidad instintiva. El actuar y el relacionarse con unos y no con otros, según que puedan o no aportarme algo, también parece inevitable. ¡El prestigio! ¡Las relaciones interesadas! Tal vez empezamos a caer en la cuenta que la dificultad del camino cristiano está en la radicalidad de su novedad.
El cristiano es una persona radicalmente nueva porque la novedad afecta a los arquetipos de comportamiento, a las formas inmanentes de la psicología humana, tanto individual como colectiva. Ser cristiano es ciertamente difícil, porque significa ser una persona diferente.
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Santa Teresa dio una buena definición. Andar en verdad. Ni más ni menos. Saber ser lo que uno es y saber luchar por ser lo que Dios espera que seamos. Aceptando la verdad. Viviendo verazmente. Sin enaltecerse, sin elevarse, sin darse importancia («siervos inútiles somos» Lc 17, 10), sin engreírse, sin considerarse autosuficiente, etc. Aceptar la verdad pura y simplemente. Esta humildad es un valor evangélico y por eso Jesús emplea ahí una fórmula solemne: «Dichoso tú», como una bienaventuranza más.
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La humildad es la consecuencia sabia de aquel que sabe constatar las propias limitaciones, y lo ve mucho más claro aquel que se da cuenta de su situación ante Dios, como criatura a quien debe la vida, y como pecador a quien debe la paciencia y el perdón.
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Los que somos invitados por Cristo a su mesa deberíamos poseer la virtud del «último puesto», que nos hace reconocer sinceramente que nuestro «curriculum vitae» no es notable, incluso contradictorio.
Ante Dios no valen pretensiones ni suficiencias, sino coherencia y humildad. La invitación nos llega no por merecimientos humanos, sino por gracia. La humildad cristiana no consiste en cabezas bajas y en cuellos torcidos, sino en reconocer que debemos doblegar el corazón por el arrepentimiento, para que nuestra fe no sea pobre, nuestra esperanza coja y nuestro amor ciego.

Fuente: http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/22C/marco_do_22c.htm

domingo, 21 de agosto de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO 21 del Tiempo Ordinario, ciclo C

¿CUÁNTOS SE SALVARÁN? O ¿CUÁL ES LA PUERTA ESTRECHA?
Lc 13, 22-30


El evangelio que hemos leído hoy no es fácil de comentar. Pero la pregunta de entonces sigue siendo una pregunta vigente: "¿Serán pocos los que se salven?" De ahí que nos interese estudiar la respuesta de Jesús, la respuesta que dio siguiendo su camino hacia Jerusalén.

-La pregunta como se hacía entonces
En primer lugar debemos situar la pregunta de entonces (y situar después la pregunta cómo hoy se haría). Quienes se lo preguntaban entonces pensaban que ellos se salvarían por el hecho de ser miembros del pueblo judío, mientras que los demás -los hombres y mujeres que no pertenecían al pueblo judío- no podrían salvarse. Por eso la respuesta de Jesucristo va por el camino de decirles que no basta ser miembros de un pueblo -aunque sea el pueblo de Dios- sino que es preciso el esfuerzo personal por cumplir la voluntad de Dios, por vivir en comunión con Él. De ahí que les advierta que muchos "de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur" -es decir, de los pueblos que muchos judíos solían considerar "excluidos", "condenados"- "vendrán y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios". En una palabra: es peligroso considerarse con derecho a salvarse porque lo importante es vivir de hecho según el camino de vida (importan los hechos y no los derechos).

-Una mentalidad que sigue presente
Y ya pensando en nosotros, debemos decir que esta mentalidad de muchos judíos de entonces -no de todos, no de los profetas por ejemplo-, esta mentalidad sigue presente en algunos cristianos.
Quizá cada día menos -después hablaremos de otra nueva y también equívoca mentalidad cada vez más general- pero de alguna manera aquel modo de pensar está aún presente en bastantes cristianos e incluso, a veces, en el modo de hablar en la Iglesia. Es decir, que tenemos la tentación de seguir pensando que nosotros somos los buenos -los que nos salvaremos- y los otros -los no cristianos, la gente de ideologías y creencias diversas u opuestas- los malos, los que difícilmente se salvarán. Por ello, la primera conclusión después de escuchar este evangelio, debería ser: Jesucristo nos dice que el hecho de salvarse o no, no depende fundamentalmente de ser miembro de la Iglesia, del llamarse cristiano. Depende -entonces como ahora- del vivir en comunión con Dios. Lo que importa son los hechos. No hasta confiar en que "hemos comido y bebido" con Jesucristo -es decir, que hemos participado en la Eucaristía y en los sacramentos-, ni en que "tú has enseñado en nuestras plazas" (es decir, haber escuchado su evangelio, la catequesis de la Iglesia, etc.). Todo esto es sin duda muy importante para quienes creemos en Jesucristo, pero no basta. Mejor dicho: de nada sirve si no va unido con un vivir en sintonía de hechos con la voluntad de Dios, con su Reino. Si no hay esta sintonía, el nos dirá: "No sé quiénes sois".

-La pregunta como se hace hoy
Pero, como decía, es probable que hoy muchos planteemos la pregunta desde un modo de pensar muy distinto, casi en el otro extremo. Quizá nosotros ahora preguntaríamos: ¿Habrá alguien que no se salve? Porque valoramos mucho -y eso es indudablemente bueno- el amor universal de un Dios que es Padre, la fuerza salvadora de Jesucristo, la presencia del Espíritu en todos los hombres de buena voluntad. Pero también -y eso ya no es bueno- porque tenemos menos en cuenta que en cada hombre hay una posibilidad de cerrarse a este amor, de instalarse en el pecado, una posibilidad de no buscar la verdad y de vivir en la injusticia.
Por todo eso, fácilmente, no vemos "problema" en el hecho de salvarnos. Por razones distintas coincidimos con aquella mentalidad de los judíos del tiempo de Jesús: ya nos creemos salvados. Y, por ello, nosotros como ellos, no valoramos la salvación gratuita, sin méritos nuestros, que nos ofrece Dios, ni nos exigimos un esfuerzo de fidelidad, de coherencia, con esta salvación.
-La respuesta de Jesucristo
Jesús, entonces, no respondió a la cuestión de si serían muchos o pocos quienes se salvarán. Y ello nos enseña que no está ahí nuestro problema. Jesús se niega siempre a responder a cuestiones como cuándo se terminará el mundo, cómo será el cielo, etc.: Jesucristo no responde, no contesta, porque su interés está en hablarnos del ahora y no del después.
Lo que Jesús dijo es muy sencillo: si queréis participar de la plenitud de vida que el Padre quiere para todos vosotros -y el Padre la quiere para todos- empezad a vivirla ahora. Lo que no vale -lo que es hacer trampa- es pretender comulgar después con esta plenitud de vida y no intentar hacerlo ahora, a través del esfuerzo, a menudo difícil para los pecadores que todos somos, por seguir la voluntad del Padre, el camino de Jesús, la inspiración del Espíritu. Este es nuestro problema. Lo que debemos hacer ahora, no lo que será después. Y ésta debe ser también nuestra oración. La de quienes nos sentamos ahora en la mesa de Jesucristo con el anhelo de sentarnos en la mesa del Reino. Una oración que nos ayude a vivir ahora en comunión con su voluntad para participar después de su eterna plenitud de vida.
JOAQUIN GOMIS
MISA DOMINICAL 1989, 17

domingo, 7 de agosto de 2016

VIGILANCIA, PERSEVERANCIA Y ESPERANZA
Lc 12, 32-48

Recordando el Evangelio (Lc 12, 13-21) del domingo pasado, hoy Nuestro Señor nos instruye para que seamos "insensatos" sino fieles. Jesús ha invitado a confiarse totalmente en Dios providente (Lc 12,22-31) y ahora a hacer un tesoro en el cielo.

Vigilancia es una condición muy propia del seguidor de Jesucristo. No podemos vivir improvisando y sin estar atentos a su Palabra.

Perseverancia en el servicio, actividades y celebraciones que nos encomiendan y en el cual desarrollamos nuestra jornada. No busquemos el éxito, la cantidad y el aplauso, más bien nos confiemos en las manos santas de Dios y perseveremos en el servicio.

Esperanza como virtud que Dios nos concede y como condición necesaria para que la vigilancia y perseverancia no decaigan. Esperemos en las promesas de Cristo que en su momento seremos dichosos.

Pbro. José Casimiro Torres

sábado, 16 de abril de 2016

UNA LECTURA ORANTE CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO 4° DE PASCUA "C"


Jn 10, 27-30

Los versículos del Evangelio que hoy nos toca meditar y orar es breve; son cuatro versículos del capítulo 10. Si está distraído, ni bien quieras atender ya se lo habrá terminado de proclamar.
Hoy, en toda la Iglesia, celebramos el “Domingo del Buen Pastor”. Es un domingo para reconocernos todos “ovejas de un solo Pastor”. En este domingo, desde hace ya más de cincuenta años se viene orando por las vocaciones de especial consagración, por ejemplo sacerdotes y consagrados en la vida religiosa; o sea “los curas, las monjas y los monjes” como popularmente decimos.

Invocación
Hagamos juntos esta oración, invocando la ayuda al Espíritu Santo, para que esto que nos proponemos, llegue a ser semilla de nueva evangelización en nuestras vidas.
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi mente, abre mi corazón, toma mis manos, para que comprenda el mensaje de la Palabra, para que sienta la profundidad del amor divino, para que camine abriendo mis manos a los que necesitan curación y misericordia.
Ven, Espíritu Santo, aumenta mi fe en el Dios que ama a todos, santos y pecadores; dame el amor que abraza a todos los hombres y mujeres del mundo entero; afianza mi esperanza en medio de mis debilidades, limitaciones e incapacidades.
Ven, Espíritu Santo, yo solo sé que no puedo hacer nada; acompáñame, guíame, llévame, para que pueda llegar al abrazo del Padre, para que pueda seguir las Palabras y enseñanzas del Hijo, para que pueda caminar con los demás, con amor, fe y misericordia, con la fuerza, la luz y la ternura que vienen solo de Dios. Amén… amén… amén.

Proclamación
Proclamemos el Evangelio para este domingo: S. Jn 10, 27-30.

27 Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. 28 Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán ni nadie me las quitará. 29 Lo que el Padre me ha dado es más grande que todo, y nadie se lo puede quitar. 30 El Padre y yo somos uno solo.

Palabra del Señor.

Qué me dice Jesús en el Evangelio
¿Qué dice el texto? Le comparto unas preguntas y consideraciones sobre el texto de la página de lectionautas.com
Algunas preguntas para una lectura atenta ¿Quiénes reconocen la voz de Jesús? ¿A quiénes conoce Jesús? ¿Quién les da la vida eterna? ¿Quién puede quitarles lo que el Padre les ha dado? ¿Quiénes son uno solo?
Jesús se presenta como Buen Pastor que da su vida por las ovejas (v. 11.14). Podemos distinguir en el texto tres personajes, las ovejas, Jesús mismo y el Padre. Al principio se muestra la relación de Jesús con sus ovejas y luego se pasa a la relación de Jesús con el Padre. El texto comienza retomando, en parte, lo que ya había dicho antes: las ovejas reconocen la voz del pastor (10,3.4) él las conoce (10,14) y ellas lo siguen (10,4). El hecho de que Jesús se presente como pastor, como Buen Pastor, indica que Él no se entiende a sí mismo sin las ovejas. No hay un pastor que no tenga ovejas. Es tal la relación que Jesús establece con nosotros, que él mismo no se entiende sin nosotros. Así como no hay un padre que no tenga un hijo, tampoco hay un pastor sin ovejas. Estas palabras de Jesús están en un contexto polémico. Los judíos no creían en Jesús, por eso él les dice: “ustedes no creen, porque no son de mis ovejas” (v.26). Lo que distingue a las ovejas de Jesús es que escuchan su voz y lo siguen (v.27). Hay que tomar en cuenta que en el lenguaje bíblico, “escuchar” es casi un sinónimo de “obedecer”, escuchan de verdad quienes obedecen, por eso Jesús habla de escuchar y luego de seguir. Además de describir a las ovejas, que lo escuchan y siguen, Jesús dice qué es lo que él hace: “las conozco”, “les doy la vida eterna” y las protege de tal manera que “nadie me las quitará”. El v. 29 puede traducirse de varias maneras, es posible que el sentido sea que “el Padre, que me las dio, es más grande que todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre”. En el contexto polémico en que está el texto, Jesús hace referencia al “más grande” Dios, que no solo es su Padre, sino que también es quien protege a las ovejas de Jesús y nadie puede arrebatarlas. Finalmente Jesús hace una de las afirmaciones más fuertes de su relación con su Padre: “El Padre y yo somos uno solo” (v. 30). El que estaba en el principio con Dios (1,1) tiene una comunión tan íntima con él, (1,18, literalmente dice “está en su seno”) que puede afirmar que su Padre y él son uno. Esa es la unidad que también pedirá para sus discípulos: “como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (17,21).

Qué me dice Jesús en el Evangelio
¿Qué me dice el Evangelio de hoy?
Somos su pueblo y ovejas de su rebaño, hemos contestado en el salmo. Jesús es el único Pastor y aunque en la Iglesia haya pastores (Papa, Obispos y Sacerdotes) sin embargo ellos escuchar-obedecen al Buen Pastor, Jesús. Cuando vamos a misa, a catequesis, a algún retiro o jornada espiritual, lo que más hacemos es “escuchar” y ello nos lleva a obedecer. Es siempre edificante recordar que la palabra obedecer significa prestar atención, o sea oír, escuchar. La mayoría de nosotros somos un poco rebeldes a la hora de escuchar y obedecer. A veces pensamos que obedecer es sinónimo del que no piensa, razona o que es esclavo, poco libre para ser auténtico. Jesús nos dio el ejemplo: Él vino, no para hacer su voluntad sino la de su Padre. Así, cada uno de nosotros, debemos superar esa rebeldía, soberbia y orgullo nuestro que nos conduce a nada, a la vanidad, a la autosuficiencia, al creernos más que los demás, a tener aires de superioridad.
Jesús, el Buen Pastor, nos conoce y nos llama a seguirlo. Los caminos para seguir al Buen Pastor son variados pero complementarios y nacen en el seno de la comunidad cristiana. Nadie es llamado para ser puesto por encima de los demás o para servirse de los demás. El Papa nos dice algo muy cierto y que hemos de pensarlo mucho quienes hemos escuchado la voz del Buen Pastor y estamos en su seguimiento: Nadie es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al servicio de la Iglesia y del mundo. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos. 
Que el Evangelio de hoy nos cuestione y nos lleve a escuchar más y a obedecer sin rencor y/o por conveniencia.
¿En qué ocasiones he escuchado la voz de Jesús? ¿He sentido que Jesús me conoce y me ayuda a crecer a través de los obispos y sacerdotes? ¿Cómo concibo la presencia del Padre, que es uno sólo con Jesús? ¿Alguna vez he sentido deseo de seguir a Cristo en la vida consagrada o el sacerdocio? ¿Lo he hablado con alguien?

Qué le respondemos a Jesús
¿Qué le decimos a Jesús? ¿Qué respuesta damos a la Palabra del Señor en este domingo?
Para ir cerrando este comentario y oración con el Evangelio de este domingo 4° de Pascua del ciclo C, te invito a que hagamos esta oración para esta Jornada Mundial de oración por las vocaciones:
Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.
Durante la oración diaria de la semana, pediré a Dios por los obispos, sacerdotes y religiosos que están en situaciones difíciles de persecución o enfermedad.
Gracias, amigo y amiga por este momento compartido. Ojalá el próximo domingo nos demos una vez más este tiempo para orar, reflexionar y comentar con el Evangelio del Domingo. Te saludo con afecto y recuerdo en la oración. Hasta otro momento y Dios nos bendiga.

http://www.lectionautas.com/site/files/lectio/Lectio_Semanal.pdf

viernes, 15 de abril de 2016

RESUMEN INFORMATIVO DE LA COMISIÓN DE COMUNICACIÓN Y PRENSA DE LA PRELATURA DE CAFAYATE

NOTICIAS DIOCESANAS Y DE INTERÉS GENERAL

Nueva directora de Obras Misionales Pontificias en la Prelatura (Cafayate, Salta): El sábado 9 de abril del corriente año se llevó a cabo la reunión de la Comisión correspondiente a esta área pastoral y de la cual salió elegida directora de OMP en esta Iglesia local, la Hna. Silvina Ibáñez, agustina misionera. En el comunicado enviado por el obispo se nos dice: “Agradecemos a la hna. Silvina su disponibilidad para este servicio y a doña Zuly Romero su entrega durante los muchos años que ha estado en la labor, promoviendo y sosteniendo en la Prelatura este carisma eclesial. Para ella y su familia, nuestro reconocimiento agradecido.

Colectas Imperadas del primer semestre 2016 (Cafayate, Salta): Desde la Curia Prelaticia se hizo saber a los párrocos y sus vicarios las colectas que se realizarán desde enero a junio del presente año y se exhorta a que se haga el esfuerzo y todo lo que esté a su alcance.
Estas son las colectas imperadas que se realizaron y realizarán hasta junio: Colecta “Pro África” el 3 de enero; Colecta “Migraciones” el 1 de marzo y 5 de marzo; Colecta “Pro Tierra Santa” el 25 de marzo o Viernes Santo; Colecta para el “Congreso Eucarístico Nacional” el 3 de abril; Colecta del “Buen Pastora” para la pastoral vocacional y la formación en la Prelatura” el cuarto domingo de Pascua, 17 de abril; Colecta Nacional de Cáritas el segundo domingo de junio o sea el 12.

Monseñor José Demetrio en la Asamblea Episcopal Argentina: Durante esta semana, desde el lunes pasado, nuestro padre obispo se encuentra participando de la 111ª Asamblea Plenaria de los Obispo argentinos en la Pilar, Buenos Aires. Esto es lo que nos compartía monseñor José Demetrio, el lunes: El Sr. Nuncio Apostólico,  Mons. Paul Emil Tscherrig, habló de nuestro necesario compromiso como Iglesia en la realidad sociopolítica argentina actual. Resaltó la necesidad de transparencia y eficiencia en la administración de los bienes de la Iglesia al servicio de nuestro pueblo. La corrupción –dijo- es un fenómeno que parece afectar a todo el arco social de la nación.
En el intercambio pastoral surgieron, entre otros, los siguientes temas:
1º Corresponde enfatizar en nuestra prédica el tema de la amistad social y la cultura del encuentro.
2º Se constata el aumento de la pobreza y la concentración de la riqueza. Se nota preocupación por los resultados del ajuste económico, que está recayendo sobre los más pobres.
3º Hemos de cuidar la presencia de la Iglesia en la educación, particularmente en la atención pastoral, administración y gestión de los centros educativos católicos.
4º Nos corresponde abordar con seriedad y competencia el tema de las vocaciones al presbiterado y la vida consagrada.

Algo más que nos comparte nuestro Padre Obispo desde la Asamblea Plenaria:: 1º Durante la mañana del miércoles, visitamos por grupos algunas cárceles, centros de adicciones, hogares de ancianos y obras sociales de la diócesis de Zárate-Campana. Los obispos de la Región NOA visitamos el Hogar de Ancianos Sagrado Corazón y el Merendero Beato Óscar Romero de la ciudad de Zárate.
2º A la tarde retornamos al trabajo en Asamblea, con la presentación de la Exhortación postsinodal Amoris laetitia, sobre el amor en la familia, realizada por Mons. Víctor Manuel Fernández, Arzobispo de la UCA.
3º Después de esto, pasamos a reunirnos por regiones, con tres cuestiones por tratar: Cómo organizar en cada región la preparación al matrimonio, cómo organizar el acompañamiento de los matrimonios y cuáles podrían ser las “orientaciones del Obispo” de que habla en número 300 de la Exhortación. Sobre este quehacer estamos…

Informaciones e invitaciones varias en la parroquia de la Candelaria (Santa María, Catamarca): Se está repartiendo en la parroquia de Santa María un folleto para realizar un recorrido desde los umbrales del templo parroquial hasta su altar central; se trata de una ayuda para realizar “el camino de la misericordia” y así recibir los beneficios espirituales en el Jubileo extraordinario de la misericordia. Se expresa en el folleto que “este camino te ayudará a encontrarte con vos mismo, con tu hermano y con Dios en este año santo de la Misericordia”. La peregrinación o recorrido espiritual se hace por la pila de agua bendita, el sagrario, las imágenes de la Virgen de la Candelaria y de Cristo crucificado; desde allí se vuelve a la entrada del templo donde dos grandes santos agustinos como son Santa Rita y San Agustín, iluminan el camino de la misericordia; finalmente en acción de gracias, se cierra este recorrido ante el altar mayor.
Referido a la participación de los parroquianos en el Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán, se invita a los interesados a llegarse a la secretaria parroquial para mayor información y/o inscripción.

Domingo del “Buen Pastor, Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones (Prelatura de Cafayate): El próximo fin de semana, el sábado 16 y domingo 17, se llevarán a cabo en todas las parroquias de nuestra Iglesia local reflexiones, visitas a instituciones educativas, celebraciones, adoraciones y charlas sobre las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, bajo el lema: “La Iglesia, Madre de vocaciones”. En el mensaje para esta jornada el Papa Francisco comienza diciendo y animándonos a la oración y al compromiso vocacional: Cómo desearía que, a lo largo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados pudieran experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia. Ojalá puedan redescubrir que la vocación cristiana, así como las vocaciones particulares, nacen en el seno del Pueblo de Dios y son dones de la divina misericordia. La Iglesia es la casa de la misericordia y la «tierra» donde la vocación germina, crece y da fruto.

sábado, 9 de abril de 2016

LECTIO DIVINA CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO III DE PASCUA, CICLO “C”

Jn 21, 1-19



Hagamos juntos esta oración, invocando la ayuda al Espíritu Santo, para que esto que nos proponemos, llegue a ser semilla de nueva evangelización en nuestras vidas.

Haz, Señor, que aprendamos a escucharte siempre con todo nuestro ser; que, a imitación de María, guardemos tus palabras para meditarlas en nuestro corazón como buenos discípulos y seguidores tuyos. Concédenos que, llenos de ti, acertemos a comunicar a nuestros hermanos lo que hemos visto y oído. Sólo así seremos testigos de tu Reino y viviremos con fidelidad la vocación a la que tú nos llamas cada día. Amén… amén… amén.

Proclamemos el Evangelio para este domingo: S. Jn 21, 1-19.

Jesús resucitado se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le respondieron: “Vamos también nosotros”. Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿tienen algo para comer?”. Ellos respondieron: “No”. Él les dijo: “Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán”. Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: “Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar”. Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: “Vengan a comer”. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “¿Quién eres?”, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?”. Él le respondió: “Sí, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”. Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Él le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”. Le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras”. De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: “Sígueme”. Palabra del Señor.

¿Qué dice el texto? Le comparto unas preguntas y consideraciones sobre el texto de la página de lectionautas.com[1]

Algunas preguntas para una lectura atenta ¿Quiénes estaban junto al Lago de Tiberias? ¿Quién reconoció a Jesús? Diciendo: “¡Es el Señor!”? ¿Qué hizo Pedro? ¿Qué no se atrevían a preguntar los discípulos? ¿Cuál fue la pregunta que Jesús le hizo a Simón Pedro tres veces? ¿Qué le pidió Jesús a Pedro tres veces? ¿Con qué expresión termina Jesús el pasaje del evangelio de este domingo? Pbro. Daniel Kerber2 Algunas pistas para comprender el texto: Después del encuentro del resucitado con los discípulos en Jerusalén, ahora la narración nos ubica en torno al mar de Galilea, la patria de los discípulos. Allí Jesús vuelve a encontrar a sus amigos. Podríamos ver dos partes en el texto: el encuentro con el resucitado junto con la pesca milagrosa (vv. 1-14), y el diálogo de Jesús con Simón Pedro (vv. 15-19).
La escena se ubica en las orillas del lago de Tiberias, que es el lugar de origen de muchos de los discípulos, allí van a pescar, como era su costumbre. Jesús se presenta a la orilla del lago, pero no lo reconocen. Al resucitado no se lo reconoce solo por los rasgos físicos. Los textos bíblicos nos dan a entender que la presencia del Resucitado no es evidente, no se impone, requiere una aceptación por parte de quien la recibe. Después de la pesca milagrosa, el discípulo amado, le dice a Pedro: “¡Es el Señor!” (v. 7), parece que el saberse amado por el Señor facilita el reconocer su presencia en las actividades de cada día; y en su impulsividad, Pedro se arroja al lago y nada hasta la orilla. Allí Jesús les tiene comida preparada y les invita a servirse. El evangelio había comenzado preguntando a Juan Bautista pensando que era el Mesías: “tú ¿quién eres?” (1,19). Ahora, se dice que “Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor” (v. 12). El que hace el itinerario propuesto por el evangelista, comenzando con la pregunta “¿quién es el mesías?”, termina sin necesidad de preguntar, porque “sabían que era el Señor”. En la última parte, está el diálogo de Jesús con Simón Pedro, a quien pregunta tres veces por su amor (vv. 15-18). La triple repetición muy probablemente hace alusión a la triple negación de Pedro (ver 13,38). Jesús sabe del amor de Pedro y desde ese amor quiere sanar la herida provocada por sus negaciones. Por otra parte el maestro le pregunta a Pedro por su amor hacia Jesús mismo: “¿me amas?”, “¿me quieres?” pero en cada una de las respuestas, Jesús indica a Pedro no una actitud hacia Jesús, sino hacia los suyos, sus discípulos: “cuida de mis corderos”, “cuida de mis ovejas” (vv. 15.16.17). El amor concreto a Jesús, Pedro lo expresará en el cuidado de las ovejas que siguen siendo siempre de Jesús “mis ovejas”. Jesús no puede separarse de aquellos por quienes entregó su vida y por eso, amarlo a él lleva necesariamente a amar a quienes él ama.

¿Qué me dice el Evangelio de hoy?

Este domingo la liturgia nos presenta un nuevo encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos. Él continúa mostrando su ternura y misericordia: les indica dónde pescar, les alista el fuego y les ofrece el desayuno, etc. Hoy, aún el Señor está pendiente de regalarnos sus cuidados, está en medio de nuestra familia y nos muestra su ternura a través de quienes nos rodean. Jesús, con la fuerza de la Resurrección, seguirá eternamente pendiente de nosotros, sus discípulos, sanando nuestras infidelidades, restaurando el daño hecho, y sobre todo invitándonos volver a empezar con una sola palabra: ¡Sígueme! El Papa Francisco nos ofrece la siguiente reflexión del Evangelio: “Pedro recobró su confianza cuando Jesús le dijo por tres veces: «Apacienta mis ovejas» (Jn 21,15.16.17). Y, al mismo tiempo él, Simón, confesó por tres veces su amor por Jesús, reparando así su triple negación durante la pasión. Pedro siente todavía dentro de sí el resquemor de la herida de aquella decepción causada a su Señor en la noche de la traición. Ahora que él pregunta: «¿Me amas?», Pedro no confía en sí mismo y en sus propias fuerzas, sino en Jesús y en su divina misericordia: «Señor, tú conoces todo; tú sabes que te quiero» (Jn 21,17). Y aquí desaparece el miedo, la inseguridad, la pusilanimidad. Pedro ha experimentado que la fidelidad de Dios es más grande que nuestras infidelidades y más fuerte que nuestras negaciones. Se da cuenta de que la fidelidad del Señor aparta nuestros temores y supera toda imaginación humana. También hoy, a nosotros, Jesús nos pregunta: « ¿Me amas?». Lo hace precisamente porque conoce nuestros miedos y fatigas. Pedro nos muestra el camino: fiarse de él, que «sabe todo» de nosotros, no confiando en nuestra capacidad de serle fieles a él, sino en su fidelidad inquebrantable. Jesús nunca nos abandona, porque no puede negarse a sí mismo (cf. 2 Tm 2,13). Es fiel. La fidelidad que Dios nos confirma incesantemente, es la fuente de nuestra confianza y nuestra paz, más allá de nuestros méritos. La fidelidad del Señor para con nosotros mantiene encendido nuestro deseo de servirle y de servir a los hermanos en la caridad.”
Sigamos nuestra meditación con estas preguntas: ¿Cuál sería mi respuesta si Jesús me preguntara hoy: “me amas”? ¿Reconozco la presencia de Jesús Resucitado en mi vida? ¿En las personas que me rodean? ¿En los momentos bellos de cada día? ¿En las dificultades y fracasos? ¿Cómo puedo seguir a Jesús después de haberle sido infiel? ¿Jesús puede sanar mi pecado y puede volver a confiar en mí?

¿Qué le decimos a Jesús? ¿Qué respuesta damos a la Palabra del Señor en este domingo?

Para ir cerrando este comentario y oración con el Evangelio de este domingo 3° de Pascua del ciclo C, te invito a que hagamos esta oración:

Manifiéstate de nuevo, Señor. También nosotros, como tus discípulos, deseamos ir contigo y desafiar la noche oscura. Sin ti no podemos hacer nada; nuestra red sigue estando vacía y no sirve de nada el esfuerzo de echarla al mar. Pero a tu palabra queremos repetir una vez más este gesto, pues tú nos quieres llevar más allá de nuestra lógica mezquina, que se detiene a calcular los riesgos de las pérdidas y las posibilidades de ganancia.

Cuando tocamos el fondo de nuestra miseria, tú nos haces experimentar el poder de tu fuerza de Resucitado. Nosotros creemos que eres el Señor. Sin embargo, en medio de nuestra pobreza, que tú conoces tan bien, haz que al alba de cada nuevo día renovemos el deseo de seguirte, repitiendo humildemente: “Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo”.

Jesús Resucitado, que vienes a nuestro encuentro, te pido por los hermanos enfermos, abandonados y que viven en condiciones extremas. Te pido por los niños y jóvenes. Por los ancianos y los matrimonios. Ayúdanos a cuidar de todos nuestros hermanos y hermanas por amor. Aliméntanos siempre con el Pan de tu Palabra y tu Amor sin medida. Amén, amén, amén.

Durante esta semana de pascua, sentirás la alegría de saber que Jesús está en medio de tu familia. Dale gracias antes de cada comida y reconoce su presencia. Gracias, amigo y amiga por este momento compartido. Ojalá el próximo domingo nos demos una vez más este tiempo para orar, reflexionar y comentar con el Evangelio del Domingo. Te saludo con afecto y recuerdo en la oración. Hasta otro momento y Dios nos bendiga.