PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

domingo, 26 de septiembre de 2010

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (26 T.O. "C")

"NI TAN RICOS QUE NO NECESTAMOS NADA NI TAN POBRES QUE TODO LO NECESITAMOS"
(Lc 16, 19 - 31)
Jesús se dirige a los fariseos.
Pregunta: ¿Quiénes eran los fariseos?
Respuesta: Los fariseos se consideraban a sí mismos como los verdaderos judíos, y despreciaban y condenaban a las demás personas. Ellos creían que tenían el verdadero conocimiento de la Palabra de Dios, y estaban convencidos de que el Reino de Dios podía llegar solamente si se cumplía estrictamente cada detalle de la Ley, y ellos creían que eran los campeones en portarse bien y que ellos eran los grandes cumplidores. Tenían delante de sus ojos la Palabra de Dios, es decir, la Ley de Moisés para ellos, y consideraban que con un esfuerzo muy grande, muy grande, reprimiéndose mucho, estaban dando cumplimiento a la Ley de Moisés, y por lo tanto, ellos eran los abanderados del Reino de Dios.
Ahora: ¿Por qué el pobre se salva y el rico se condena?
No parece ser que uno y otros se condenan por ser rico o ser pobre. Lo verdaderamente grave de este rico ¿qué es? Primero, vive para sí mismo; segundo, no tiene corazón para su hermano; y tercero, cree que está viviendo bien, porque lo que hace se lo permite la Ley de Dios.
¿Y Lázaro qué hizo? ¿Lázaro por qué sí se salvó? Los fariseos pensaban que para salvarse había que hacer muchas cosas, había que cumplir muchas leyes, y el que se equivocara en algo, ya tenía encima un fariseo diciéndole: “Usted es un maldito, ya incumplió la Ley y usted se va condenar”. Los fariseos creían que había que hacer muchas cosas, y Lázaro se salvó no tanto por lo que hizo, sino por lo que no hizo; Lázaro se salvó, ¿cómo se salvó Lázaro? Mira, no odiando; Lázaro tenía todas las razones del mundo para odiar, todas; Lázaro perfectamente podía decirle a Dios: “Destruye con un incendio de ira a la casa de este ricachón que no me da un cacho de pan”. Pero Lázaro renunció al odio y puso su confianza en el Señor, como dice el Salmo: “Él puso su confianza en Dios" Salmo 40,2, y no odió a su hermano; con sólo eso parece que una persona se puede salvar.
¿Vos y yo, qué? (...) ¿Ricachón o miserable?

domingo, 12 de septiembre de 2010

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (24 T.O. "C")

ALEGRÍA POR EL REGRESO DE MI HERMANO
(Lc 15,1-32)

  • Pregunta: ¿Dónde está tu hermano?
  • Posibles respuestas: ¡Qué se yo! ¡Por ahí, haciendo la suya (como siempre)! ¡Ni idea, hace tiempo que no lo veo! ¡Mirá... ya me tiene...!

  • Suposición: ¡Ché, a vuelto tu hermano!
  • Posibles reacciones: ¡Uh! ¿A qué... para qué... que trae? ¡Ah, ese (mueca)! ¿Y a mí qué? ¡Mmm... no sé yo, para mi que...!
En esta parábola resplandece, por así decirlo, toda la pasión del amor de Dios por vos y por mi. Dios es como un padre que no nos puede olvidar nunca y nos tiene tanto más presentes cuanto más alejados estamos. El amor que aquí se proclama es el amor que perdona. Es el amor al hijo precisamente cuando el hijo no tiene ya mérito alguno por el que deba ser amado. El padre de la parábola no espera tranquilamente en casa después de decir a su hijo que si alguna vez se arrepiente ya sabe dónde encontrarle. El padre de la parábola hace algo más: apenas el hijo inicia su camino, ya le ha salido al encuentro para cubrirlo de besos. Más aún, en realidad es el recuerdo inolvidable del amor del padre lo que motiva y hace posible el regreso del hijo. Cuando recibe a su hijo no hay en sus labios ni una sola recriminación, todo es alegría y fiesta para los dos y para cuantos saben comprender en la casa paterna que hay un orden del amor que abarca y desborda gozosamente los estrechos cauces de la simple justicia. Y eso es lo que no ha comprendido el hijo "modelo", el que no se fugó de casa y malgastó su herencia, el que durante muchos años ha estado sirviendo a su padre sin desobedecer nunca una orden suya, el hijo que ahora viene del campo cuando su hermano regresa después de gastar los bienes del padre con malas mujeres. Este hijo "bueno" y cumplidor no puede comprender nada, y protesta indignado de lo que considera una injusticia. Pues a él, que tanto ha trabajado y servido y que tan bueno ha sido siempre, nunca su padre le ha dado un cabrito para comerlo con sus amigos. Las palabras de este hermano mayor, que no tienen desperdicio, revelan claramente una actitud por la que se ha distanciado mucho más del padre el que nunca se movió de la casa paterna. Este hijo cumplidor no sabe nada del amor.

Y vos... ¿con cuál de los personajes te identificas? ¿Con el hijo pródigo? ¿Con el hermano mayor?

domingo, 5 de septiembre de 2010

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (23 T.O. "C")

VOS Y YO, ¿NOS CONSIDERAMOS Y SOMOS DISCÍPULOS DE JESÚS?

(Lc 14, 25-33)

Elegir a Jesús significa dejar de lado primero todo lo que no nos deja estar cerca suyo.

Preguntas: Hoy ¿qué es lo que te impide estar cerca de Jesús? (...) Si de verdad quieres seguir a Jesús ¿cuál es el problema o aquello que te detiene?

REFLEXIONEMOS: Jesús nos dice "si quieren ser mis seguidores, si quieren ser cristianos, tienen que pensarlo bien" (relee y metida los ejemplos que nos pone sobre el que construye la torre o el rey que tiene un contrincante mayor que él). Porque para ser cristiano hay que tener realmente ganas de serlo y no sólo buena intención.
Seguro que dices, "pero si a mi de pequeño me bautizaron e hicieron seguidor de Jesús". Pero justamente, esta es la oportunidad para que te decidas (por vos mismo esta vez) a seguirlo. Para ser cristiano hay que querer serlo y si no, mejor sería BORRARSE. Hoy hay tantas propuestas que podrías elegir libremente y, aunque te sientas "juzgado", recuerda que solo hay un JUEZ (DIOS). ¡Vamos! Si quieres seguir a Cristo, no juegues con Él, sé sincero con vos mismo. Te harás mucho bien y no te arrepentirás.