PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

domingo, 18 de junio de 2017

¿VER PARA CREER? NO, MÁS BIEN CREER PARA VER


Pensaba recién esto sobre Jesús en la Eucaristía. Recuerdo que Tomás (el mellizo) dijo: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no creeré” (Jn 20, 25). Me pregunto a mí en primer término: ¿Quiero ver a Jesús en la Eucaristía? Respondo que sí. Entonces digo: “cree y verás a Jesús en la Eucaristía”.
Nos falta fe para celebrar debidamente en la Santa Misa a Jesús que se ha quedado en la Hostia Santa. Nos falta fe para adorar a Jesús en el Sagrario y en la capilla donde está expuesto para tal fin. Nos falta fe para recibir a Jesús en la Comunión y servirlo en los hermanos y hermanas más próximos a nosotros. Nos falta fe para conocer más y mejor a Jesús en la catequesis, en la misión y en la evangelización. Nos falta fe para ofrecer la Buena Noticia de Jesús con nuestro testimonio de cada día y con las palabras que proferimos. Nos falta fe para aceptar los caminos en los que Jesús nos pone cada día para llegar a este lugar, a esta situación, a esta persona, a esta realidad. Nos falta fe para aceptar nuestra condición de sembradores y peregrinos de esperanza y paz en todos los ambientes por donde caminamos y pasamos. Nos falta fe para ver en el otro a un hermano y hermana con quien compartimos día a día el trabajo, una tarea, los sueños, los ideales y la vida. Nos falta fe porque nos sentimos dueños de todo. Nos falta fe porque ya no luchamos contra el pesimismo, el desánimo y el rencor. Nos falta fe porque nos dedicamos de lleno al trabajo sin reconocer la grandeza de Creador y Dador de todo don. Nos falta fe porque le tenemos miedo a lo que de verdad somos y al qué dirán. Nos falta fe porque hay capacidades espirituales que se están atrofiando porque hemos dejado de usarlas y ejercitarlas.
Sí, más bien de hoy en adelante, si de verdad quiero ver a Jesús en la Eucaristía que se eleva en el Altar, debo creer. Y para creer necesito bajarme del automóvil de mi vanidad, soberbia, orgullo y altanería. Necesito, subirme a la bicicleta de la perseverancia, constancia, humildad y abnegación.
Señor, quiero verte ya aquí en la tierra. Señor, quiero contemplarte ya desde esta condición frágil y pobre. Señor, fortaléceme en la fe; que los dones de tu Espíritu me ayuden en cada situación. Señor, que tu Santa Madre sea mi refugio de pecador y amparo en mis pesares. Amén.