DOMINGO DEL BUEN PASTOR SIGNIFICA DOMINGO DE LAS BUENAS OVEJAS
(Jn 10, 1-10)
(Jn 10, 1-10)
A Jesús le gustaba partir de las costumbres y experiencias de sus oyentes para comunicar su mensaje. Este relato del buen Pastor es una de las mejores muestras de ello.
La imagen que Jesús presenta ahora "a los fariseos" supone un redil en el campo hecho con muros de piedra o con una simple empalizada de madera, en el que se guardaban por la noche las ovejas de varios pastores. Un guardián, que hacía al mismo tiempo el oficio de portero, velaba durante la noche para defender los rebaños de posibles robos, mientras los pastores solían retirarse a descansar a una tienda. Si los pastores tenían que ir al aprisco, entraban por la puerta que les abría el guarda; en cambio, el que iba para robar o para vengarse en las ovejas de su vecino, lo hacía calladamente saltando la cerca. Por las mañanas los pastores iban en busca de sus respectivos rebaños entrando por la puerta que les abría el vigilante.
Espabilaban a sus ovejas con sus llamadas características, y éstas acudían al reconocerlas. Era frecuente que las llamaran por sus nombres. Todavía en la actualidad hay pastores que dan nombres, al menos, a los principales animales de su rebaño. Una vez reunidas en torno suyo, las sacaba fuera y se ponía delante de ellas, a diferencia de Occidente, en que los pastores suelen ir detrás. De tiempo en tiempo les lanza un grito agudo para que ninguna se desvíe. Ellas, que conocen su voz, le siguen. Pero si un extraño lanza el mismo grito, se paran y levantan las cabezas alarmadas, al no conocer la voz del extraño... Los oyentes de Jesús tenían en la mente todo este cuadro cuando les contaba este relato.
PARA QUE NOS MIREMOS, LOS PASTORES Y LAS OVEJAS:
- "El que entra por la puerta es pastor de las ovejas". A Jesús le preocupan las personas, vive para su servicio. Por eso es pastor legítimo. Vino a servir al hombre, jamás a servirse de ellos. Entrar por la puerta significa imitar el modo de actuar de Jesús, ser signo en el mundo de su presencia y de sus actitudes a través de un servicio desinteresado a los hombres.
- El verdadero pastor de ovejas conoce a todas y a cada una de las suyas. Jesús parte de esta realidad para decirnos cómo es su relación con nosotros. Afirma que nos conoce a cada uno por el nombre, que tiene de nosotros un conocimiento amoroso. Nos conoce a cada uno de nosotros mejor que cada uno de nosotros se conoce a sí mismo. Un conocimiento amoroso que implica un profundo respeto hacia todos y cada uno de los hombres. "Conocer por el nombre" significa invitarnos a cada uno a desarrollar las propias capacidades y a ponerlas libremente al servicio de los demás.
- La Iglesia, la comunidad cristiana no es una masa de gente anónima manejada por un "líder" lejano. Es un pueblo, una familia. En ella, las relaciones con Jesús y de unos con los otros tienen que ser personales para que sean verdaderas. Es nuestra vida entera, tal como es, la que debe entrar en relación con Jesús y con los demás. Una relación personal que nos hace personas responsables.
- La sociedad tiende a convertirse y a convertirnos en una masa cada vez más anónima, dejándonos profundamente insatisfechos: no somos amados por nosotros mismos; somos una simple cifra en clase, en el trabajo, en la seguridad social... No existe la relación de amistad.
Jesús nos valora, nos ama y nos libera a cada uno de nuestra soledad y de nuestro individualismo. La Iglesia debe tender a convertirse en una comunidad de comunidades personales y personificadoras, en una familia de familias, si quiere ser fiel a su maestro. -"Y las saca fuera". Jesús quiere que salgamos de nuestra inmadurez y de todo lo que nos impide ser nosotros mismos. Por ello, su misión de pastor enviado por Dios consistirá en sacar de la institución judía a los que respondan a su llamada, para crear con ellos su nueva comunidad. Una vez fuera, "camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz". El verdadero pastor camina delante, abriendo horizontes a los suyos, dando ejemplo. Es el primero en enfrentarse con el peligro, el primero en dar la vida cuando se trata del bien de los demás.