PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

sábado, 18 de febrero de 2012

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (7º TO "B")

¿CUAL ES TU PARALISIS?
(Mc 2, 1 12)

Es asombroso el milagro que realiza Jesucristo en el evangelio de hoy, y de esa escena que cuenta el evangelio, podemos aprender muchas cosas, por lo pronto podemos preguntarnos sobre nuestra propia condición, porque a veces uno puede estar paralítico espiritualmente.


Hay personas que han tenido una herida o un trauma en su infancia y eso les queda ahí para toda la vida, odio hacia las mujeres, odio hacia los hombres, odio hacia los sacerdotes, odio hacia los médicos, "porque una vez un médico..., porque una vez un sacerdote..." y una persona puede conservar un odio diez años, quince o cincuenta años, a veces ya incluso la persona que le causó ese odio se murió. Hay gente que tiene fastidio hacia un esposo o esposa, o hacia el papá o la mamá y ya los papás se murieron hace tiempo, pero esa persona sigue todavía con su odio vivo, con su resentimiento vivo, como si hubiera recibido el engaño o el insulto hoy por la mañana así lo conserva, eso es lo que se llama la parálisis, esa es la parálisis del resentimiento, la parálisis del odio. Y hay muchas otras parálisis que nos pueden acechar por las circunstancias que hemos tenido en la vida, por ejemplo el miedo. Existe en español esa expresión, un miedo paralizante, el miedo nos paraliza. Otras veces somos paralíticos por incapacidad de creer en nosotros mismos, es decir, por problemas de autoestima o de auto confianza, es impresionante el daño que uno puede recibir a veces, y a veces hasta a uno se le puede olvidar que fue lo que ocasionó esa desconfianza, esa inseguridad. En momentos de rabia los papás, a veces, utilizan un lenguaje muy duro, “Hay usted si es un inútil” y esas palabras que luego al papá o la mamá se le olvidan, pero no se le olvidan a veces a los niños, quedan ahí muy gravadas, "soy inútil o soy feo o torpe y nunca voy a conseguir lo que yo quiera". Hay personas que han perdido completamente la confianza en la Iglesia Católica, con alguna razón, tal vez porque han visto que hay egoísmo, avaricia, hipocresía, las fallas que suele haber lamentablemente y decepcionados de la Iglesia y de los sacerdotes se han apartado, y luego son incapaces, han quedado paralizados por ese resentimiento y son incapaces de volver a la Iglesia, tal vez ellos necesitan no dos amigos ni un amigo, sino cuatro amigos que les hablen y yo en ese sentido quiero invitarlos a ustedes a dos cosas; primero, a que como a este paralítico nos pongamos delante de Jesús para que El nos sane de nuestras parálisis.

Por eso el primer consejo, la primera recomendación es, vamos donde Jesús, pongámonos delante de Jesús y pidámosle que nos libere de nuestras parálisis para que podamos creer con todo el corazón, amar con todo el corazón y esperar con ganas. Necesitamos curarnos de esas parálisis y llevar esperanza, creer con ganas. ¿Que te está reteniendo? esa es tu parálisis y la mía también, que nos está reteniendo, somos llamados hoy por el Señor a ser sanados de esas parálisis, a ponernos delante de Cristo para sanar esa parálisis para que El nos sane.

Pero la segunda parte es traer a los que son paralizados, también ustedes pueden hacer mucho bien con sus amigos, con sus amigas. Se aburrieron de la Iglesia pasan de la iglesia, tu lo mismo que otros, tu junto con otros puedes invitar a otras personas a que dejen esa parálisis, a que no se dejen engañar a que descubren que una fuente verdadera de sentido y de vida, no puede encontrase solamente en términos de un buen sueldo y unas buenas vacaciones.

Pidamosle al Señor que nos sane de todo eso, que nos cure de nuestros miedos. Jesús es experto en sanar, eso es lo que el hace casi todo el tiempo en el evangelio, sin minimizar y menospreciar lo que hacen los médicos, los psicólogos y los psiquiatras, debo de decir que yo mismo soy testigo de como el Señor sana maravillosamente a las personas de sus temores y Dios quiere que nosotros llevemos una vida mucho mas libre, mucho mas feliz, me disculpan lo que voy a decir, una vida mucho mas viva, nos merecemos, después de que Cristo nos amó tanto, nos merecemos una vida mucho mas viva.