PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

miércoles, 1 de marzo de 2017

REFLEXION PARA ESTA CUARESMA 2017

MIÉRCOLES DE CENIZA
Pbro. José Casimiro Torres
1 de marzo de 2017

Con esta celebración, la Iglesia, inicia el Tiempo fuerte de la Cuaresma; la Iglesia somos todos y cada uno de nosotros aquí presentes y también los que no han venido a esta celebración. Por tanto, nos animemos mutuamente a comenzar, con esperanza y propósitos firmes, este santo tiempo. 

Jesús, en su Iglesia, nos invita a tener un tiempo de interiorización, de meditación, de reflexión y de examinarnos en nuestra conciencia. Es por eso que cada una de las prácticas cuaresmales, como la oración, el ayuno y la limosna, si bien se realizarán comunitariamente, tienen que ayudarnos en lo personal a un cambio de vida, de costumbres, actitudes y proyectos contrarios a la verdad, justicia y fraternidad. La oración en la cuaresma tiene que ser el agua que calme la sed que padecemos en medio del desierto espiritual; el ayuno y la penitencia que podamos ir realizando según nuestras posibilidades, será el esfuerzo y los sacrificios para avanzar en este tiempo cuaresmal; y la limosna, o también las obras de misericordia, nos ayudarán a salir de nuestros encierros, egoísmos y autosuficiencia.

El Papa Francisco en su Mensaje para esta Cuaresma nos anima con estas palabras: “La Palabra es un don. El otro es un don”. La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf. Homilía, 8 enero 2016). La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna. En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia. (…) La Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ―que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador― nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados. Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua.

Permíteme darte estos consejos para vivir la cuaresma de un modo provechoso: 

· Dios primerea. Es lenguaje del Papa Francisco. Dios te espera ya antes de que tú vayas. La oración es el sitio perfecto para confrontarte bajo la confianza de que Dios misericordioso te llena de fuerza.

· La confesión no termina en el confesionario: Si te confiesas de haber robado 50 pesos, debes devolver esos 50 pesos a su dueño. Lo mismo con insultos, abandonos, omisiones, etcétera.

· Arrepentimiento real: Si te vas a confesar y el sacerdote te absuelve, pero no hay en ti real arrepentimiento de las faltas, entonces se puede decir que no se realizó el sacramento.

· La Penitencia: ¡Una bendición! La Penitencia no es un castigo, sino un medio para volver a Dios. Si te peleas con Pepe, volver al diálogo con Pepe reestablece el encuentro, la amistad y, por tanto, debe degustarse.

· No ayunes por ayunar: La idea es volver los ojos a lo verdaderamente importante. Una idea: si sueles desayunar más o menos por 50 pesos, los días de ayuno regala una limosna de al menos 50 pesos (recuerda mirar con amor a quien la recibirá).

· El arrepentimiento lleva al gozo: En la Iglesia Antigua, cuando un penitente volvía a la Comunión, se armaba una verdadera fiesta.

· ¡Cuaresma: Tiempo del encuentro!: Oración: Encuentro con Dios. Ayuno: Encuentro contigo mismo. Limosna: Encuentro con el prójimo necesitado.

· “Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.” (Lc 15, 20).

· La introspección es un motor para la caridad: La Cuaresma está en los hospitales, los asilos, los orfanatos, las periferias.

· No pierdas de vista el objetivo: El tiempo litúrgico de la Cuaresma dura 40 días. ¡El de la Pascua dura 50!

Ojalá que nuestra parroquia y sus capillas, caminemos por el camino de la Cuaresma y que animemos a los demás a caminar con nosotros. Que no los cuestionemos sino que sencillamente los invitemos y sobre todo demos testimonio. A Nuestra Madre Santísima le confiamos nuestros pasos y también nuestras vacilaciones; que Ella con su mirada nos anime todos los días a seguir paso a paso por este santo camino cuaresmal. Que así sea.