PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

lunes, 10 de febrero de 2014

NUEVO OBISPO DE LA PRELATURA DE CAFAYATE

S.S. FRANCISCO HA ACEPTADO LA RENUNCIA AL GOBIERNO PASTORAL A MONS. MARIANO MORENO GARCÍA O.S.A. Y HA NOMBRADO COMO NUEVO OBISPO DE LA PRELATURA DE CAFAYATE AL RVDO. P. JOSÉ DEMETRIO JIMÉNEZ MARISCAL O.S.A.

El Papa nombró al P. José Demetrio Jiménez OSA, obispo prelado de Cafayate
Lunes 10 Feb 2014 | 08:03 am

Buenos Aires (AICA): El nuncio apostólico, Mons. Emil Paul Tscherrig, informó que el Santo Padre Francisco nombró obispo prelado de Cafayate, en Salta, al padre José Demetrio Jiménez, español de 50 años, argentino naturalizado, religioso de la Orden de San Agustín, quien actualmente presta sus servicios pastorales en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, en Santa María, Catamarca, y es director general y representante legal del colegio San Agustín, de la misma localidad. Previamente el papa Francisco aceptó la renuncia presentada oportunamente por el actual obispo prelado de Cafayate, Mons. Mariano Moreno García OSA, por haber alcanzado la edad de 75 años según la normativa canónica. Como es de práctica, el anuncio se efectuó de manera simultánea en Buenos Aires y en Roma. Aquí lo hizo el nuncio apostólico mediante la agencia AICA.

El nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, informó que el Santo Padre Francisco nombró obispo-prelado de Cafayate, en Salta, al padre José Demetrio Jiménez, español de 50 años, argentino naturalizado, religioso de la Orden de San Agustín, quien actualmente presta sus servicios pastorales en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, en Santa María, Catamarca, y es director general y representante legal del colegio San Agustín, de la misma localidad.

Previamente el papa Francisco aceptó la renuncia presentada oportunamente por el actual obispo-prelado de Cafayate, monseñor Mariano Moreno García OSA, por haber alcanzado la edad de 75 años según lo establece la norma canónica.

Como es de práctica, el anuncio se efectuó de manera simultánea en Buenos Aires y en Roma. Aquí lo hizo el nuncio apostólico a través de la agencia AICA.

Datos biográficos de Mons. José Demetrio Jiménez OSA
Mons. José Demetrio Jiménez Sánchez-Mariscal, perteneciente a la Orden de San Agustín, nació el 8 de octubre de 1963 en Los Cerralbos, una pequeña población de la provincia de Toledo, España. Es el segundo de 6 hermanos: 4 mujeres y 2 varones, hijos de Luisa (fallecida en 2001) y José.

Realizó los estudios iniciales y primarios en la escuela de su pueblo natal (septiembre 1967–junio 1975) y los secundarios en la Escuela Apostólica San Agustín, de Palencia, (septiembre 1975-junio 1980.

Ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín en el monasterio Santa María de La Vid, en La Vid (Burgos) el 27 de agosto de 1980. Los estudios de formación eclesiástica (2 años de Filosofía y 4 de Teología) los cursó en el seminario mayor Tagaste, de Los Negrales (Madrid) entre octubre de 1981 y junio de 1987.

En la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino, de Roma, realizó la licenciatura en Filosofía (octubre 1987-junio 1989) y el doctorado (octubre 1989–junio 1992). Luego hizo un master en Ciencias de la Religión en la Universidad Pontificia Comillas (octubre 1992–junio 1994) y los cursos doctorales en Ciencias de las Religiones en el Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense de Madrid (octubre 1996-junio 1998).

El 6 de septiembre de 1981 efectuó su primera profesión en la Orden de San Agustín en el monasterio Santa María de La Vid, y la profesión solemne y perpetua fue emitida el 11 de octubre de 1986 en Los Negrales (Madrid), siendo Provincial Mons. Mariano Moreno García OSA.

Fue ordenado sacerdote el 23 de julio de 1988 en el monasterio de Santa María de La Vid, de manos de Mons. Nicolás Castellanos Franco OSA, entonces obispo de Palencia.

Después de su ordenación sacerdotal cumplió los siguientes oficios y cargos:

De septiembre 1989 a junio de 1995, fue profesor y ecónomo en el monasterio Santa María de La Vid.

De julio de 1995 a febrero de 1999 se desempeñó como vicario parroquial en la Parroquia San Manuel y San Benito de Madrid.

En marzo de 1999 fue enviado a la Prelatura de Cafayate en la Argentina, donde fue destinado como vicario parroquial a la Parroquia de San José (Catamarca). En ese año y en el 2000 fue secretario del Vicariato Cafayate de la Orden de San Agustín (octubre 1999-septiembre 2002) y Secretario Canciller de la Prelatura de Cafayate (enero 2000-diciembre 2002).

De febrero de 2000 a diciembre de 2002 fue vicario parroquial de Nuestra Señora de la Candelaria, en la ciudad de Santa María, provincia de Catamarca.

En los años 2003 (febrero) y 2004 (junio), y del 2008 (febrero) al 2011 (marzo), fue párroco en San Agustín, en el barrio porteño de Recoleta.

Al mismo tiempo, entre los años 2002 (agosto) y 2010 (septiembre), fue designado Vicario Regional (superior territorial) de la región Argentina-Uruguay de la Orden de San Agustín.

De 2004 (junio) al 2008 (febrero) fue vicario parroquial de San Agustín, en Buenos Aires.

Ha sido docente en la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA): en la Facultad de Filosofía y Letras (Teología Natural en la carrera de Filosofía, 2005-2012) y en la Facultad de Teología (Proseminario filosófico II: Metafísica, 2003-2012; y Ética Filosófica [parte histórica], 2007-2012). De 2004 a 2008 fue profesor de Ética Filosófica en la carrera de Filosofía de la UNSTA, sede Buenos Aires. Desde 2002 colabora en la Escuela de Teología y Ciencias Religiosas de la Prelatura de Cafayate impartiendo materias relacionadas con el tema Interculturalidad y fenomenología religiosa, así como en el Centro de Misionología del Cono Sur “Juan Pablo II” (OMP) con la materia Teología de las religiones y Diálogo Interreligioso. Es director de Etiam. Revista Agustiniana de Pensamiento desde su fundación en 2006.

Actualmente se encuentra prestando sus servicios pastorales en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, en la ciudad catamarqueña de Santa María y es director general y representante legal del colegio San Agustín de la misma localidad.

Monseñor Jiménez es autor de numerosos artículos y libros, entre ellos, “Los senderos olvidados de la Filosofía. Una aproximación al pensamiento de María Zambrano”, “La religión y la metamorfosis. Una aproximación a los nuevos movimientos religiosos” (coord.), “San Agustín. Un hombre para hoy” (coord.), y “Cristianismo e interculturalidad. Una aproximación desde el Valle Calchaquí” (coord.).

La ordenación episcopal está prevista para el sábado 10 de mayo de 2014 en Cafayate.

La Prelatura de Cafayate
Creada el 8 de septiembre de 1969 por el papa Pablo VI, la prelatura de Cafayate está formada con territorios de tres provincias: Salta, Tucumán y Catamarca. En la provincia de Salta los departamentos de Cafayate, Molinos y San Carlos; en la provincia de Tucumán el departamento de Tafí del Valle (excepto la parroquia de Tafí del Valle); y en la provincia de Catamarca los departamentos de Antofagasta de la Sierra y Santa María, con una superficie total de 46.847 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 64.000 habitantes, de los cuales se estima que el 90 por ciento son católicos.

Cuenta con 8 parroquias; 12 sacerdotes, de los cuales 6 del clero diocesano y 6 religiosos; 1 diácono permanente, 23 religiosas y 7 centros educativos de la Iglesia.

El primer obispo prelado de Cafayate fue monseñor Diego Gutiérrez Pedraza OSA (1969-1990); el segundo fue monseñor Cipriano García Fernández OSA (1991-2007); el tercero fue monseñor Mariano Anastasio Moreno García OSA (2008-2014) a quien el Papa acaba de aceptarle la renuncia por edad.

Monseñor José Demetrio Jiménez OSA será el cuarto obispo de la prelatura de Cafayate.+

domingo, 9 de febrero de 2014

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (5° T.O. "A")

UNA MISIÓN NADA FÁCIL, PERO NADA MEJOR QUE SER SAL Y LUZ
(Mt 5, 13-16)

Ser sal y luz; ¡qué misión la que nos dejó el Señor! Nada fácil y nada mejor que ser sal y ser luz.  La sal da sabor a los alimentos y, antiguamente, servía para preservar algunos alimentos de la corrupción. La luz es tan necesaria que, sin ella, nuestros ojos no servirían. Ya ven ¡qué misión la que Jesús nos dejó!
Donde está la luz (o sea cada uno de nosotros iluminados por Cristo), se distingue el camino y las piedras, la flores y las espinas, lo bueno y lo malo, la gracia y el pecado.

Ahora, no somos sal para hacer subir la presión y producir desastres en las personas; no somos luz para encandilar y cegar los ojos de los demás. Pero tampoco somos sal que pierde su sabor y luz que se coloca debajo del cajón. 

Esto que encontré por allí les comparto (
LUIS GRACIETA
DABAR 1990/13):


La luz es fuente de vida, es alegría, es posibilidad de moverse, capacidad para saber por dónde nos movemos; la sal da sabor a las comidas, las conserva, las hace perdurar. Ser luz o ser sal, de forma real o de forma simbólica, es algo importante; tan importante que el propio Jesús llegará a decirnos que tenemos que ser luz y sal. Pero hay sal en condiciones y hay "sal tonta", como dice literalmente el Evangelio de hoy; y también hay luces y luces.


Hay hombres que se sienten llamados a ser luz para las vidas del prójimo, y tratan de transmitir su convicción a los demás... por las buenas o por las malas; personas que, ciertamente cualificadas para desempeñar ciertas misiones, empiezan realizando un servicio (social, político, económico, ideológico...) a la sociedad, para terminar, en no pocas ocasiones, subyugándola, sometiéndola, tiranizándola. La luz que aportaron en un primer momento acaba por volverse cegadora, deslumbradora, un incendio de opresión que lo arrasa todo para terminar en un fuego fatuo, pero mortal.

Sin embargo, no todas las luces son iguales; hay otras que no siempre son reconocidas como tales; luces que alumbran sencillez, desde vidas muchas veces anónimas e ignoradas; luces que no ciegan ni deslumbran, sino que iluminan cálidamente el sendero de la vida, de sus propias vidas y de las de aquéllos que les rodean; luces que son frecuentemente paradójicas: luces que dan sentido a la vida desde el propio sacrificio, como los seis jesuitas y las dos colaboradoras recién martirizados en El Salvador; luces que iluminan el oscuro anonimato de personas que mueren tiradas en la calle, como el caso de Teresa de Calcuta y sus misioneras de la Caridad; luces que no se presentan como la única luz, sino que se saben y se sienten mediadoras de la única Luz que realmente puede iluminar a los hombres, como es el caso de tantos catequistas, de tantos agentes de la Palabra, de tantos evangelizadores... que se sienten llamados a proclamar la Buena Noticia del Reino de Dios.

Todos ellos, y otros muchos, sienten que sus vidas han sido iluminadas por la Luz de Cristo; y saben que su única posibilidad es convertirse en transmisores de esa Luz; una Luz de la que no son propietarios ni únicos administradores; una Luz que es inagotable en sí misma, inabarcable por solo un hombre, inapresable en moldes, instituciones y jerarquías. La Luz de Cristo, como todo lo de Dios, es paradójica: es la Luz de la fe que siempre se teje sobre la incertidumbre, la Luz de la vida que nace con más fuerza justo en el momento de la muerte, la Luz del amor que se hace pleno cuando es capaz de la renuncia total, la Luz de la confianza que se apoya en un salto en el vacío, la Luz de la esperanza que se mantiene contra toda esperanza, la Luz de la convicción nacida en el corazón de las apariencias adversas, la Luz de la bienaventuranza descubierta en la pobreza o en la persecución, la Luz del Dios Rey encontrada en la cruz en la que muere.

sábado, 1 de febrero de 2014

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (Presentación del Señor T.O. "A")

ILUMINADOS POR JESÚS,
ILUMINEMOS NUESTRA VIDA Y LA DE LOS DEMÁS
(Lc 2, 22-40)


Jesucristo es la luz para nosotros y para todos los hombres. María y la Iglesia son los portadores de esa luz. En la raíz de los problemas y las luchas de los hombres está nuestro miedo a la muerte; buscamos nuestro interés y eso hace imposible el diálogo y la paz. Jesucristo, muriendo y resucitando, nos libera de este miedo y nos salva. La comunidad cristiana está llamada a ser un ámbito de libertad y de liberación  (GASPAR MORA, MISA DOMINICAL 1991, 2).
En el Evangelio de hoy se nos relata la "presentación del Señor en el templo". Esto era una prescripción que como judíos los padres debían cumplir a su debido momento. María y José llevan presentar a Jesús en el templo y reciben profecías. Dos ancianos, Simeón y Ana, profetizan sobre lo que será este niño. María y José escuchan en silencio y con suma atención lo que dicen de Jesús. Al terminar todo, se vuelven a su casa.

¿Qué podemos sacar de esta fiesta para nuestra vida y misión?

"Esta fiesta puede ayudarnos a descubrir que el misterio pascual está presente, en estado germinal si se quiere, en cada acto de la vida del Salvador. El misterio de la Encarnación no es sólo el Nacimiento, sino el devenir hombre constantemente y, por lo tanto, caminar hacia la muerte. Junto a Jesús está la figura de María. Se le anuncian unos dolores que deberá soportar al pie de la cruz. Pero ahora ya, aguanta paciente y activamente las estrecheces de los pobres, la incertidumbre del destino del hijo, la oscuridad de la fe... María será la co-redentora. No olvidemos presentar a la Virgen como la Madre del Siervo doliente, valoremos su misión, su vida... Retengamos de ella las lecciones necesarias para la fortaleza que mantiene en la fe y para vivir identificados con el Siervo de Dios" (JUAN GUITERAS, MISA DOMINICAL 1975, 3).

Pbro. José Casimiro Torres.