CAMINO POR JESUS PARA TENER VIDA NUEVA Y ALCANZAR LA VERDAD
(Jn 14,1-12)
Caminando por Cristo muchas veces nos desesperamos porque la caminata se hace larga e interminable. Jesús nos dice en la oración diaria "no se inquieten...". Las dificultades, los gajes del oficio, nos tiran para atrás y entonces en el Camino, nos detenemos, nos salimos de él y vagamos por oscuros senderos y pasadizos que nos alejan de el Camino.
Estos desvíos, podemos pensarlos así: nos quejamos de que no estamos donde querríamos estar, ni trabajamos donde querríamos trabajar. Surge en nosotros insatisfacción por causa de la inadaptación en el trabajo y, en todo caso, el grado de satisfacción es para muchos mínimo o nulo. ¿Por qué esto? Pasa que muchos caminamos y corremos sin parar de acá para allá, y lo más triste es que no sabemos si nuestro camino es el acertado... Tal vez, mejor sería detenernos un poco, adorar al Señor en el Sagrario y orar serenamente.
En este Evangelio, Jesús nos revela algunas verdades profundas de su identidad que nos ayudan a perseverar en el Camino. En este camino podemos estar seguros que llegaremos a cubrir el deseo de todo hombre: "ver a Dios cara a cara".
Pensemos: Nosotros, a menudo decimos seguir al Señor, y no estamos mintiendo; pero... tal seguimiento podría ser sólo a nivel intelectual y conceptual. Esto es debido al hecho que no dejamos sedimentar en nosotros su Palabra, no la dejamos germinar a travéz de la oración, pero sobre todo no nos hacémos disponibles, a fin de que, regenerados por los sacramentos, Cristo se haga presente a travéz de nuestra humanidad. ¿Cómo oramos? ¿Cuánto tiempo? ¿Por qué nos confesamos? ¿Por qué queremos recibir el Santísimo Cuerpo y Sangre de Jesús?
Jesús es de verdad nuestro Camino, Verdad y Vida: Renovemos nuestro amor y fidelidad al Señor que nos ha llamado en tal lugar y con tal trabajo... tengamos confianza en Él.
Les regalo esta oracion que se puede hacerla una y varias veces en la semana:
Señor:
Enséñanos a mirar al cielo.
Enséñanos a gustar las cosas de arriba.
Enséñanos a guardar tus palabras.
Enséñanos a anunciar tu mensaje.
Enséñanos a sentir tu presencia viva.
Enséñanos a reunirnos con los hermanos.
Enséñanos a extender tu Reino.
Enséñanos a no vivir cruzados de brazos.
Enséñanos a rastrear tu presencia.
Enséñanos a escuchar a tu Espíritu.
Enséñanos a recorrer tus caminos.
Enséñanos a esperar tu venida gloriosa.