PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

domingo, 12 de diciembre de 2010

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (3° DE ADV "A")

¿QUÉ HAREMOS SIN ESPERANZA?
Avanza el tiempo de Adviento, tiempo en el que la Iglesia quiere que reavivemos esa virtud (esa fuerza) tan esencial del cristianismo que es la esperanza. Sin fe no hay cristianismo, no hace falta que se lo digamos a nadie. Sin amor, ¿para qué vamos a hablar? Pero, ¿sin esperanza? ¿No hay muchos cristianos sin esperanza? ¿Qué es eso de tener esperanza hoy? El tiempo de Adviento no debe pasársenos sin una reflexión y meditación sobre la esperanza.


El evangelio de hoy nos presenta la pregunta que hicieron a Jesús: "¿eres tú el que esperábamos, o debemos esperar a otro?".

Ahora, en adviento, si de verdad queremos revisar nuestra esperanza, es preciso que volvamos la pregunta hacia nosotros, tal como Cristo nos la haría: "¿soy yo en quien esperan, o esperan en otras cosas?". Esa es la pregunta que nos debemos hacer: ¿a quién esperamos?

Una gran masa de desesperanzados. También los encontramos dentro de la Iglesia. Muchos cristianos no tienen verdadera esperanza. Han confundido esta virtud teologal con un artículo más de su credo intelectual. Piensan que la esperanza consiste en aceptar teóricamente la existencia de una vida posmortal. Pero en realidad no esperan en ella, no suspiran por ella, la temen en el fondo. Porque, ¿dónde están los cristianos tan apasionadamente convertidos a la esperanza que sueñen y anhelen por la llegada de ese mundo futuro, no sólo aquí, sino más allá de la muerte? ¿Dónde están los cristianos que buscan ardientemente en su vida y en el desarrollo del hombre los signos de la venida del Señor? ¿A cuántos cristianos enfermos de cáncer -es sólo un ejemplo- hay que ocultarles la verdadera naturaleza de su enfermedad incurable porque la sola noticia de la proximidad de su muerte -término natural y lógico al que desde que nacimos nos estamos acercando y del que nunca hemos dudado- les podría producir un "shock" sicológico?. Al creer en el mundo futuro, ¿esperamos verdaderamente el encuentro con Dios tras la muerte, la adquisición de una existencia nueva potenciada y enriquecida por el influjo pleno del poder glorificante y creador de Dios? ¿A quién esperamos? La esperanza es un deseo, pero no todos los deseos son esperanza.

Es preciso pues revisar, reflexionar, profundizar nuestra esperanza. ¿A quién esperamos? Tener esperanza cristiana es haber elegido a Jesús como futuro nuestro. Y si nos alejamos de esta esperanza, ¿a quién iremos?