DOMINGO IV° TO, “A”
AMBIENTACIÓN: En este cuarto domingo del tiempo durante el año, la liturgia nos presenta un programa de vida que el mundo no puede entender: las “bienaventuranzas”. Damos inicio a esta celebración con nuestro canto.
ENTRADA: Jesús es camino, verdad y vida, fuente de la verdadera felicidad.
LITURGIA DE LA PALABRA: El Señor se hace Palabra que quiere obrar lo que promete. La recibimos en nuestro corazón.
EVANGELIO: Con un tono profético, Jesús proclama las actitudes que harán felices a sus seguidores.
ORACIÓN UNIVERSAL: A cada intención nos unimos orando:
“Padre, escúchanos”
Por la Iglesia; para que anuncie sin desfallecer las bienaventuranzas a todos los hombres oprimidos de corazón. Oremos…
Por los que trabajan por la justicia y la paz; para que se descubran sostenidos y animados por el Señor. Oremos…
Por los que padecen el flagelo de la pobreza; para que encuentren siempre auxilio en sus necesidades. Oremos…
Por nuestra comunidad; para que practique y dé testimonio de las bienaventuranzas. Oremos…
PRESENTACIÓN DE LOS DONES: Preparemos la mesa de la Eucaristía para presentar el pan y el vino y con ellos va nuestro propósito de despojarnos de todo aquello que nos impide ser felices.
COMUNIÓN: Recibamos con alegría a Jesús Eucaristía, alimento y fortaleza en nuestro caminar.
DESPEDIDA: Nuestra vida debe ser signo vivo del amor del Señor, ese es nuestro modo de anunciar las bienaventuranzas.