PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

lunes, 22 de junio de 2015

PAPÁ SIGUES SIENDO HIJO





Ayer, hoy y mañana es el día del padre aunque en este día lo recordamos de modo especial. Ser padre es una vocación y nunca un accidente o una situación a pesar nuestro. Dios es Padre y Madre, pero Jesús ha querido que lo llamemos Padre Nuestro y nos ha entregado al pié de la Cruz a su madre María como Madre Nuestra. Todos tenemos sólo un padre y solo una madre, así es para nuestra condición de creyentes y así es para nuestra condición meramente humana.
Hay un dicho que parece contradecir esto: “Madre hay una sola, pero padres… a patadas”. Creo entender que el dicho hace referencia a la situación que hemos conocido y estamos conociendo, ¿cuál? Hay varones que son papás de uno o más hijos en esta mujer y también en esta otra mujer. Esto es triste y lamentable pero no es catastrófico, no es para arrancarnos los pelos y para que carguemos las tintas contra los varones. Es preocupante y para reflexionar, dialogar y buscar espacios para tratar el tema como lo amerite cada caso. Esto creo quiere decir este dicho pero sigue siendo verdad aquello de “todos tenemos un solo padre y una sola madre”.
Pero estimados papás, permítanme recordarles que así como han aprendido a caminar; así como han aprendido a hablar, así han de aprender a caminar con sus hijos, a dialogar con sus hijos y si tienen uno o más hijos aquí y allá, han de responsabilizarse por cada uno de ellos. Ni Dios ni nadie los va a condenar por esto; aunque sí, les advierto, si se olvidan, descuidan y ni les importa un hijo engendrado, eso sí será causa del juicio de Dios y que su misericordia nos ayude.
El ser padre no se entiende sin el ser madre; un hijo/a nace de dos personas que por amor, pasión o arrebato se unen físicamente. Esto no quita ninguna responsabilidad ni compromiso con la vida, con la sociedad y sobre todo con el Padre Creador que adquieren los dos. Los dos han de caminar y dialogar con sus hijos para que sus hijos los acompañen en el ocaso de sus vidas y caminen dialogando para el encuentro definitivo con el Padre Creador.
Papá, mamá e hijos, hoy es el día de todos ustedes; es decir de la familia. Al padre lo destacamos hoy pero no hay padre sin madre y menos sin hijos. Entre todos nos hemos de ayudar. El papá se puede equivocar, lo mismo la mamá y lo mismo cada uno de los hijos. Nadie es perfecto ni lo sabe todo y menos lo puede todo. Que la reconciliación, el diálogo y la comprensión siempre estén presentes como el pan nuestro de cada día. Que la justicia, la rectitud y la verdad también estén presentes aunque no sin el amor, la ternura y bondad.
Papá, qué vocación más bella y noble la que tienes. Nunca te des por ya realizado y siempre permanece despierto y en vigilia porque tus hijos y la madre de tus hijos siempre te han de sorprender y ayudar en tu realización.  ¿Sientes que tu vida ha llegado a una meseta? Solo lo sientes, porque la verdad es que, no hay mesetas sino una cima a la que llegar y allí no vas a llegar sólo sino con la ayuda de tus hijos y de la madre de tus hijos.
Papá no te olvides que aún no has dejado de ser hijo de tu padre y de tu madre; no te olvides que aunque ellos ya no están físicamente con vos, están en vos, están en tus rasgos, están en los consejos y están en las sangre de tus hijos.
Papá no te olvides que eres hermano y todos somos hermanos y que tenemos un solo Padre y una sola Madre; Dios el Creador y dador de toda vida y felicidad.
Papá no te olvides que eres hijo.


(Pbro. José Casimiro Torres)

domingo, 26 de abril de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (4º Pascua, ciclo B)

¿PARA SABER O PARA VIVIR?

(Jn 10, 11-18)


"Yo soy el Buen Pastor", "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida", "Yo soy la Puerta", "Yo soy la luz del mundo" y quizá nos podemos acordar de algo más que Jesús mismo expresó, y que lo sabemos muy bien, porque lo meditamos, lo proclamamos y así nos lo han enseñado. Quizá llegó la hora de preguntarnos: Nuestra doctrina, nuestra fe y nuestro conocimiento de Jesús ¿es para saber o para vivir?

Hoy Jesús nos dice "Yo soy el Buen Pastor" y seguidamente expresa: "el buen pastor da la vida por sus ovejas". Esto no lo debemos dar por hecho, sabido y consabido; no, esto debe resonar, estremecer y ser orado con fe viva. Además, consideremos los siguiente: ser pastor así no es fácil; «el buen pastor que da la vida por las ovejas». ¡Casi nada! ¡Dar la vida! Porque pastores, en un momento dado, todos lo somos: de los hijos, de los padres, de los amigos, de los empleados, de los pacientes, de los vecinos, etc. Pues el Evangelio es claro: si no somos (pastores) así, somos asalariados, llenos de buenas palabras, de hermosos documentos, de grandilocuentes declaraciones... que echamos a correr en cuanto viene el lobo, dejando las ovejas a su suerte.

Que Jesús nos diga que Él es Buen Pastor debe encontrar en nosotros la respuesta "somos ovejas de su rebaño" y asimilar esta verdad para vivirla, celebrarla y rezarla continuamente.  Ser su oveja no nos hace menos persona, ni nos rebaja, ni nos oprime sino que nos dignifica, santifica y hace crecer. Por eso, estimado hermano y hermana, ya lo sabemos pero no lo vivimos. 
Deja que el Buen Pastor te conduzca, te alimente, te acompañe y te cargue en sus hombros. Considérate oveja y por más que tengas un cargo elevado, relevante, distinguido y honorable, se una oveja que necesita siempre de su Buen Pastor.

Pbro. José Casimiro Torres.

sábado, 21 de marzo de 2015

GUIÓN PARA PROCESIÓN DEL DOMINGO DE RAMOS

(Puedes usarla según criterios y necesidades en tu comunidad)





Domingo de Ramos 2015


Hoy, traspasamos el umbral de la Semana Santa. La procesión que va a dar comienzo en este Domingo de Ramos, expresa la fe en Jesucristo. Sólo si creemos en Él podremos celebrar, vivir y anunciar de forma auténtica su muerte y resurrección.
Queremos aclamar a Cristo en su camino pascual. Nuestros ramos no son objetos benditos para guardar, sino para proclamar a Cristo como el Rey de nuestras vidas.
Que los ramos que agitamos en nuestras manos sean signo de nuestro amor a Jesús. Que ellos expresen la entrega definitiva de nuestros corazones.

Bendición de los ramos.

Oración del celebrante y aspersión de los ramos

Escuchemos el relato de la entrada triunfal de Jesús de Jerusalén.

Evangelio

Luego de la homilía se invita a comenzar la procesión

El nuestro no es un rey encumbrado sino cercano, de a pie, porque así es mucho más fácil estar disponible para todos y así se hace cercano y vivo el Amor de Dios, en Jesús, que es aclamado por el pueblo sencillo como el que llega en nombre del Señor.

Canto: Arriba nuestros ramos

Cristo abre el camino de la Esperanza por eso lo seguimos, para cambiar lo que tenga que ser cambiado, porque el proyecto del Reinado de Jesús es realizable en la medida en que haya seguidores suyos que se ponen a vivirlo, como un proyecto dinámico, como una tarea a realizar.
Jesús llegada la hora, decide ir a Jerusalén. Y su entrada es a la vez la entrada del Siervo, que camina a la muerte, y del Señor, que va a ser glorificado.
Esto es lo que hoy celebramos: la entrada mesiánica del Señor en su triunfo pascual a través de la muerte.
No estamos simplemente recordando un hecho histórico del pasado, sino que queremos hacer una solemne profesión de fe en que la cruz y la muerte de Cristo son, en definitiva, una victoria.
La procesión es un lugar y un momento que nos puede ayudar para que se produzca un verdadero encuentro entre el misterio de Dios y nuestra vida concreta.
Esta procesión tiene mucho que ver con nuestro peregrinar por la vida, tenemos un camino que recorrer, no nos gusta hacerlo solos, es más lindo hacerlo como familia, como pueblo.
Y estamos como miembros de esa familia y pueblo de Dios para aclamar a su Hijo Jesús el Cristo como nuestro único Salvador.
Jesús nuestro humilde Rey, que viene montado en un burro, nos invita a seguirlo por el camino de la esperanza.
Un Rey que por fin va a implantar en la tierra el ideal de la verdadera justicia, el que viene a defender al que por sí mismo no puede defenderse.
Cristo abre el camino de la esperanza y nos invita a luchar con El por la Vida, por una sociedad digna del hombre, en la que se pueda vivir la fraternidad, la igualdad y la solidaridad entre todos.

Canto

El ramo verde simboliza la victoria de la vida y del amor. Nuestros ramos son símbolo de una opción de fe que ha sido renovada, de un compromiso asumido frente a Dios y a la comunidad: hacer presentes los valores del Reino en nuestro ambiente, en nuestra familia, en nuestro país.

Repitamos con fuerza:
Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor!!! (3 veces)

¿Qué significa este hosanna con el que nos gusta saludar a nuestro Salvador? Hosanna en el Antiguo Testamento, aparece como una aclamación solemne dirigida a Dios cuyo significado es: “salva”, “da salud”, “ayúdanos ahora”.
Era utilizada para rogar por la salvación y perdón de los pecados de todo el pueblo, pedir la prosperidad en el año nuevo, la lluvia, etc.
Los judíos jamás aclamaban con ramos y cantando Hosanna a otro que no fuera el mismo Dios. Nunca un rey fue recibido de este modo.
Por eso se comprende la profunda indignación de los fariseos que, no sin razón, veían en ello como un reconocimiento público de la divinidad de Cristo.
El hosanna del Domingo de Ramos dirigido a Cristo: era un reconocimiento de su mesianismo, de su poder redentor, y como una acción de gracias a Dios, porque, a través de su Hijo, llegaba definitivamente la salvación y la liberación a su pueblo.

Canto

Dios es un amor concreto, visible en los hechos, sensible a la debilidad de su pueblo, paciente para acompañarlo en su lento caminar, celoso y poderoso para defenderlo contra el opresor.
Y en esta realidad nuestra de cada día, muchas veces marcada por la cultura de la muerte, la cultura de la oscuridad, la cultura que no permite que crezca la Vida, que triunfe el amor, Jesús se nos aparece invitándolos a seguirlo porque Él es el que nos da la Verdadera Vida.
Necesitamos seguir al maestro que nos conduce por un camino de esperanza a la Vida digna de los hijos de Dios.
Para hacerlo necesitamos vaciar de nuestros corazones todas aquellas actitudes y gestos que nos hacen ir contra de su Proyecto de Vida, justicia, libertad, fraternidad.
Saquemos de nuestros corazones todo lo que impide que triunfe el Proyecto del
Padre que es El Proyecto del Amor.

Vamos a responder con el estribillo: Déjame nacer de nuevo.

Porque hoy te aclamamos como nuestro Rey pero no te dejamos reinar en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestra comunidad, en nuestra sociedad. Oremos…

Porque muchas veces no somos sembradores de esperanza en nuestras familias, nuestro trabajo, nuestro estudio, nuestra sociedad y pasamos indiferentes ante la tristeza, el dolor, la desesperación de tantos hermanos. Oremos…

Porque muchas veces nos dejamos arrastrar por los ideales del contra Reino que no permite que crezcamos como personas y verdaderos hijos de Dios y permitimos que nuestros niños y jóvenes crezcan en esa oscuridad. Oremos…

Porque muchas veces no sumamos nuestras manos, nuestros talentos, nuestro tiempo para construir con otros una sociedad mejor. Oremos…

Porque muchas veces nos quedamos esperando, y perdemos tiempo para organizar la comunidad, para que de ellas broten los frutos del Reino. No nos unimos, no nos formamos, no nos organizamos para ir descubriéndote, juntos, en fraterno caminar, a vos que estás caminando en medio del pueblo. Oremos…

Porque muchas veces olvidamos la Utopía del Reino y matamos la esperanza de los que todavía esperan en sus lechos de dolor, en sus cuerpos cansados, en sus sueños juveniles, en su pureza infantil. Oremos...

Porque muchas veces nos cuesta ser solidarios. Nos aferramos a nuestras comodidades, cerramos los ojos y el corazón, no escuchamos el clamor de los que sufren por alguna enfermedad, o a causa de una injusticia, por el desempleo, o como consecuencia de la violencia, de la droga, del alcohol. Oremos…

Canto:

Jesús será siempre el modelo a seguir por el pueblo creyente y oprimido.
Leemos en Isaías: (Isaías 50, 4-7)
El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo.
El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás.
Ofrecí mi espalda a los que golpeaban y mis mejillas, a los que me arrancaban la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían.
Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado. Palabra de Dios.

Jesús es el Mesías. Él es la gran realidad de Dios viviendo con nosotros, la realidad del gran restaurador que libera de la esclavitud, de la gran violencia, de la gran miseria (pobreza extrema y masiva diríamos actualmente) a la que ha sido condenado el pueblo de Dios.
Jesús es El Mesías, el Ungido de Yavé, su enviado, su representante, el encargado de ir haciendo realidad el sueño de Dios.
Dios libera al pueblo de la esclavitud con un poder creador que utiliza todo cuanto tiene a mano. Es una presencia amiga y fiel que no falló nunca ni fallará jamás. Es un Dios santo, que pide justicia, exige compromiso y envía a la misión. Conocerlo es practicar la justicia ¿Qué Iglesia puede ser una respuesta a los hombres de hoy?
Solamente una Iglesia Discípula y Misionera, una Iglesia que abrazada a Jesús, genera y defiende la Vida, una Iglesia signo de Justicia, liberación y hermandad.
Por eso con confianza afirmemos lo que como pueblo y familia de Dios queremos hacer.
Vamos a responder a cada estrofa: LLÉNANOS DE VIDA SEÑOR.

Vamos tras tus pasos, Señor, en camino, para aprender a tu lado, mientras curas enfermos y atiendes a las multitudes.
LLÉNANOS DE VIDA SEÑOR.

Así escuchamos tu llamado, esa invitación a seguirte, a dejarlo todo, para acercarnos a vos, despojados, sin ataduras, con la ligazón sola de la pasión por el Reino.
LLÉNANOS DE VIDA SEÑOR.

Así podremos responder a tu llamado como comunidad en marcha. A no quedarnos esperando, a correr a tu encuentro, a buscarte aún donde no pensamos…
LLÉNANOS DE VIDA SEÑOR.

Así podremos ir haciendo presente la vida del Reino. Junto a los pobres, los enfermos, los marginados de nuestro tiempo. Mayorías empobrecidas sedientas de un justo anhelo.
LLÉNANOS DE VIDA SEÑOR.

Así podremos seguir tus senderos, cuando sacudes nuestras perezas y nos animas a salir corriendo, para que no perdamos el tiempo, para descubrirte en el que está al lado, para ser presencia que alivia, sonrisa que comparte, manos que se brindan en el dolor y angustia de nuestros hermanos.
LLÉNANOS DE VIDA SEÑOR.

Así podremos ir a buscarte allá afuera, al descampado, a cielo abierto. Escondido entre los pobres develando el gran Misterio de la presencia certera en el desnudo, el enfermo, el que está solo, el hambriento, en la cárcel o sediento, porque en ese más pequeño te conviertes en sacramento, signo visible de tu presencia en todo lugar y tiempo partiendo desde los pobres para convocar al Reino.
LLÉNANOS DE VIDA SEÑOR.

Canto

Una Iglesia que refleje a la Trinidad es fundamentalmente servidora. Porque ¿qué hizo el Hijo de Dios cuándo se encarnó? Nos vino a servir. Dios se hace servidor y nos muestra un camino de servicio.

Y porque queremos ir haciendo presente el Reinado de Jesús entre nosotros en nuestra vida cotidiana vamos a responder a cada oración: Dame amor, dame humildad y yo moveré montañas.

Porque queremos construir comunidad, como un camino compartido, multitud de manos que se unen para, entre todos, hacer la marcha más liviana. Oremos...

Porque como comunidad queremos ser abrazo de miradas que se buscan para buscar, unidas, la mirada de Aquel que por nosotros dio la vida. Oremos...

Porque como comunidad queremos compartir, la vida entrelazada, reuniendo bajo las mismas esperanzas las diferencias, que así, no nos separan. Queremos hablar de proyecto común, sueños compartidos, camino acompañado. Oremos...

Porque como comunidad queremos pensar en el otro y en lo mejor para el otro y pensar, juntos, en lo mejor de nosotros para todos los otros. Oremos…

Porque como comunidad queremos darnos fuerzas entre todos, alentarnos con la palmada al hombro, corregirnos sin miedo a los enojos. Oremos…

Porque como comunidad queremos animarnos a crecer juntos poco a poco, hablando de apertura y entrega, de servicio a los demás, aprender a brindarnos generosos. Oremos…

Porque como comunidad queremos tener común-unidad de criterios verdaderos (los del Evangelio) de opciones valientes (las de Jesús) de desafíos audaces (los del Reino en marcha). Oremos...

Porque como comunidad queremos salir al encuentro de muchos que animados y alentados por el Espíritu, buscan llamar a Dios, ¡Papá! Y aquí estamos Señor unidos y en camino para hacer crecer tu Reino donde pidas. Oremos…

A los jóvenes de nuestras comunidades que trabajan día a día donando su tiempo, sus talentos, sus fuerzas, su pasión por la construcción de Reino de Jesús, nos unimos para que nuestro Rey, el Señor de la Vida y del amor los anime siempre.

Canto:

Jesús es nuestro Rey.
El que comunicó y anunció lo que es el Reino de Dios.
El que nos mostró el infinito amor de un Dios Padre que siempre perdona porque ama sin medida.
El que no enseñó a llamarlo Padre nuestro El que anunció para todos las bienaventuranzas.
El que compartió mesa, intereses y sentimientos con los excluidos de aquella sociedad.
El que buscó y llenó de vida a los débiles, marginados, sufrientes y pecadores.
El que acogió y curó como señales de la llegada del Reino.
El que llamó a algunas gentes sencillas para que se involucraran en su Proyecto y los envió a anunciar el Reino.
Nuestro Rey, el que entró en conflicto con la teología oficial porque dio dignidad al hombre.
El que entró en conflicto con el Templo y el culto oficial.
El que cenó con sus amigos, y les enseñó a amarse, cuidándose y sirviéndose los unos a los otros.
El que multiplicó y compartió el pan (símbolo de la necesidad humana).
El que compartió y multiplicó el vino (símbolo de la alegría comunicada).
Nuestro Rey: que fue traicionado y abandonado por sus amigos. El que fue juzgado injustamente, el que fue golpeado, escupido, coronado de espina, el que sufrió las burlas de la gente, el que cargó con el madero de la cruz. El que murió por amor en esa cruz y la convirtió en árbol de salvación.
El, es nuestro Rey y sabemos que Vive para siempre y nos anima a seguir su proyecto, de proseguir con su causa, de construir día a día su Reinado de amor, justicia y fraternidad.

Canto:

Acompañando y aclamando a nuestro Rey también reflexionamos en el camino.

En el año dedicado a la Vida, el cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco, nos decía: “los cristianos deben preguntarse “cómo recibimos la vida, cómo la acompañamos, porque a veces no nos damos cuenta de lo que es la fragilidad de una vida”.
“Quizá no caigamos en la cuenta de los peligros que la vida de una persona desde niño, desde su concepción hasta su muerte, tiene que atravesar entonces la pregunta que yo quisiera hacerles hoy, mirando a María que acompaña la vida, es: ¿Sabemos acompañar la vida? La vida de nuestros chicos, de nuestros hijos y de los que no los son. ¿Sabemos ponerle a los chicos alicientes en su crecimiento? ¿Sabemos ponerles límites a su educación? ¿Y los chicos que no son nuestros, aquellos que parecen los ‘chicos de nadie’ me preocupan a mí también?”
Y la vida sigue creciendo… y María la sigue acompañando… y yo como María ¿la acompaño? ¿Qué tal tus padres? ¿Qué tal tus abuelos? ¿Qué tal tus suegros? ¿Los acompañás? ¿Te preocupás por ellos? ¿Los visitás? A veces es muy doloroso pero no queda más remedio que estén en un geriátrico por las situaciones de salud o de la misma familia… pero, cuando están ahí, ¿desgasto un sábado o domingo para estar con ellos? ¿Cuidás esa vida que se está apagando y te dio la vida a vos?
Lo peor que nos puede pasar es que carezcamos de amor para cuidar la vida y María es la mujer del amor. Si no hay amor no hay lugar para la vida”.
“Sin amor hay egoísmo y uno se enrosca para acariciarse a sí mismo. Amor le pedimos hoy a María para cuidar la vida. Amor y coraje.
¿Cómo podremos llevar el amor en medio de tantas contradicciones y cuidar la vida hasta sus últimas consecuencias? El gran papa Pío XI dijo una frase muy dura: ‘Lo peor que nos pasa no son los factores negativos de la civilización sino lo peor que nos pasa es la somnolencia de los buenos’”.
“¿Tenés coraje para asumir este camino que asumió María de cuidar la vida desde el principio hasta el final? O ¿O estás somnoliento? Y si lo estás. ¿Qué es lo que te anestesia? Porque María no conocía anestesias al amor. Y hoy le pedimos a ella: ‘Madre, que amemos en serio, que no seamos somnolientos, y que no nos refugiemos en las mil y una anestesia que nos presenta esta civilización decadente’”.
María, Nuestra madre buena, discípula y compañera de su hijo Jesús desde el Pesebre hasta la cruz, dócil al Espíritu de Dios desde la Encarnación hasta Pentecostés, siempre camina con nosotros hacia el Reino anhelado. A ella le saludamos cantando:

 Canción:

María, la virgen fiel... Modelo de seguimiento y corazón abierto a la voluntad del Padre. Señora de los humildes, de los pobres, los marginados y solos. Señora de los preferidos de Dios, muéstranos el camino, cambia nuestras miradas, convierte nuestros puntos de vista, encarna en nosotros la presencia de tu Hijo y embebe nuestro corazón con su mensaje.
Virgen fiel, señora de los que buscan, compañera de ruta, nos señalas con tu ejemplo que la fidelidad se demuestra en la vida práctica más que en las palabras lindas. Se es fiel al Señor en el servicio. Madre, danos valor para vivir la fidelidad al Señor en la acción solidaria a los que sufren.
Madre fiel queremos seguir tus pasos danos la fuerza para vivir el evangelio todos los días, y no reducirlo a un rito de día domingo. Transforma nuestros corazones, ayúdanos a decir “sí” al Proyecto del Padre que pasa por la construcción de un mundo nuevo, justo y solidario, desde ahora y desde aquí, en la tierra.

A cada intención respondemos: Te amamos, Dios nuestro, creemos en Ti.

Contemplando una vez más tu pasión y tu muerte, Jesús, nos sentimos llamados a hacer nuestra tu Causa, tu esperanza, tu labor de Mesías venido para todos los que tienen esperanza. Por eso decimos:

Observando también tu pasión y tu muerte realizadas hoy día, en los hombres y mujeres que sufren cualquier situación de injusticia, opresión o exclusión, nos sentimos interpelados a intervenir en esas situaciones, y a consagrar nuestra vida a la tarea de ser y dar esperanza para los demás. Por eso decimos:

Al entrar en la “semana mayor” del año, nos sentimos unidos a todos los hombres y mujeres que creen en Cristo, esperando y deseando que llegue el día en que, más allá de cualquier frontera de separación religiosa, podamos decir todos juntos:

Al saber por Jesús que el amor es el criterio supremo por el que serán juzgadas todas las naciones, soñamos con que llegue el día en que los hombres y mujeres de todos los Pueblos y Religiones invoquemos al “Dios amor, de todos los nombres” y le digamos a una sola voz:

Para la llegada: Estamos llegando al lugar donde serán fortalecidas nuestras fuerzas, donde seremos alimentados con el Pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía. Aclamar a Jesús con nuestras palmas es reconocerlo como Rey y es dejarlo reinar en nuestras vidas, es optar por su proyecto, e ir concretándolo en nuestra vida día a día. Queremos seguir a Jesús hacia la Vida, la vida nueva, la vida de los hijos de Dios por eso levantemos nuestras palmas y cantemos con alegría.

Canto: Arriba nuestros ramos