PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

sábado, 23 de noviembre de 2013

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (CRISTO REY, 34 TO "C")

¡JESUCRISTO, SEÑOR DE LA HISTORIA, TE NECESITAMOS; REINA SEÑOR EN NUESTRA VIDA!
(Lc 23, 35-43)



«Reconocer la realeza de Jesús es un gesto tanto menos fácil cuanto que Jesús se presenta como un hombre humillado, abatido, crucificado y muerto. ¿Es posible que los hombres confiesen que el que así fue tratado es el más capaz de llevarles a la felicidad, a la vida...? El evangelio de este domingo muestra las diversas reacciones que provocan la vista de Jesús crucificado y la confrontación de esa escena trágica con la pretensión de Jesús de ser el rey de los judíos».
(LOUIS MONLOUBOU)

Jesucristo es nuestro Rey. Es un Rey que poco se parece a los reyes y reinas que conocemos o que nos contaron. Las lecturas de hoy nos hablan de un Rey que es “Pastor” y “Jefe” (1ª Lectura); de Aquel que “es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura”;  de un Rey por quien “fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades”; de un Rey que “todo fue creado por él y para él” (2ª Lectura). Y, lo más paradójico es que fue crucificado delante de su pueblo, mientras se le burlaban y que nada hizo para librarse.

Para reconocer a Jesucristo como nuestro Pastor y Jefe, nos metamos en los personajes del Evangelio de hoy. Esto nos dice una reflexión sobre el Evangelio para hoy que encontré y te comparto.

Aquí están todas las reacciones de todos los hombres de todos los tiempos. Aquí está también la nuestra. Debiéramos saber descubrirla:

1ª. «Estaba el pueblo mirando». El pueblo presencia la escena probablemente esperando a ver en qué quedaba todo aquello.
La gente siempre lo reduce todo a espectáculo. Y así elude todo compromiso. Nunca quiere pensar ni decidirse. O mejor dicho: se decide siempre por lo que dicen y hacen los demás, sin tener nunca una opinión propia. ¿Dónde vas, Vicente?... «Hosanna al Hijo de David». «¡Crucifícale!».

2ª. La autoridades hacen sarcásticos comentarios sobre Jesús: «A otros ha salvado, que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios». Hay que reconocer que saben «poner el dedo en la llaga»; que lo que dicen está lleno de lógica; y precisamente por eso, porque están convencidos de que Dios tiene que ser como su lógica les dicta, son incapaces de reconocer a Dios tal y como él se presenta.

3ª. Los soldados romanos, encargados de la ejecución, se burlan de aquel hombre que moría bajo el título de «Rey de los judíos». Ellos sirven a un rey de este mundo y por tanto saben estupendamente bien lo que era un rey. Pensar que aquel hombre fuese rey era un disparate descomunal en el que ellos, lógicamente, no iban a caer.
¿Quiénes son los soldados romanos de hoy? Aquel que está convencido de que una ideología humana es realmente salvadora y se entrega a ella con alma y vida. Es el militante de un partido al que entrega su conciencia.

4ª. «Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Representa a todos aquellos que condicionan la aceptación de Jesús a la solución de su problema. Familiares de enfermos... personas en circunstancias desgraciadas...

5ª. Sólo la última intervención es favorable a Jesús. Uno de los ajusticiados hace justicia al ajusticiado Jesús y descubre quién es. Cuatro contra uno. Un balance desalentador para el único verdadero Reino. «Pero el otro lo increpaba: -¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada».


Nada atrayentes son los personajes. Ninguno que nos invite a unirnos a ellos. No obstante, somos cada uno de ellos. Que pensemos, meditemos y contemplemos este Evangelio para que Jesucristo reine en nuestros corazones, familias, pueblos y naciones.
Pbro. José Casimiro Torres.