PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

sábado, 19 de marzo de 2011

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (2° CUARESMA "A")

NECESITAMOS DE SU TRANSFIGURACION
(Mt 17, 1-9)

Estimados amigos y amigas: La Cuaresma es un tiempo para aflojar y para ablandar el corazón. La pregunta que entonces nos hacemos es: ¿por qué dentro de este tiempo hemos escuchado esta lectura en particular de la transfiguración del Señor? Tiene su relación con la primera lectura del libro del Génesis. Allá se nos ha hablado de cómo Abraham emprende un camino hacia la tierra que Dios le va a mostrar. Y ese es en realidad el sentido de la Cuaresma. Se trata de emprender un camino, se trata de comenzar algo, se trata de que algo empiece en nuestra vida. Pero al mismo tiempo dentro de ese camino hay una parada muy especial, hay una posada, una enramada especial, y es aquella en la que compartimos con intimidad y con gozo el misterio de la luz que hay en Jesucristo. Es decir, el camino de la Cuaresma no es un camino a ciegas, no es el puro esfuerzo nuestro por cambiar, sino es un camino que se alumbra con la luz de Cristo, y es un camino que conduce hacia la plenitud de la luz que hay en la Pascua de Jesucristo (por eso mismo no es nada recomendable sumirse en el dolor y angustia de mirar nuestra debilidad, pobresa y miseria personal).

El sentido entonces de esta celebración, el sentido de esta transfiguración de Jesús, es que nosotros tengamos luz para nuestro propio camino y que sepamos a qué clase de vida hemos sido llamados. Fíjese cómo termina diciendo el santo evangelio: "Les ordenó Jesús que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos" (San Mateo 17,9). Porque la luz de la transfiguración sólo se entiende plenamente con la luz de la Pascua, y así también nosotros oímos de la transfiguración en la Cuaresma, para recibir claridad sobre la transfiguración y sobre quién es Cristo allá en la Pascua.

¿Por qué quiso Cristo manifestar por un instante el brillo de su divinidad y de su majestad a estos discípulos escogidos? De acuerdo con los santos doctores y predicadores de la Iglesia, el motivo principal de la transfiguración, fue que Cristo quiso que, sostenidos por esa luz, sostenidos por ese momento místico y excepcional, pudieran sobrellevar el escándalo, el dolor, la contradicción, la Cruz.

A veces a uno le cuesta trabajo predicar a Jesucristo. ¿A quién estamos anunciando? A un hombre al que todo le salió mal, por lo visto. Porque los Apóstoles lo dejaron tirado, plata no hizo, no alcanzó a levantar ninguna empresa, no tuvo familia, lo apresaron y en un proceso inicuo, lo condenaron. Luego cuelgan a ese Señor de un madero, y se dice que ese es el Salvador de la humanidad. ¡Caramba! Se necesita fe, se necesita gracia de Dios para creer que salvación es eso: dejarse matar así, hacerse en cierto modo víctima de las injusticias, recibir esas injusticias en su propio cuerpo y morirse de eso. ¿Esa es la salvación? Si nosotros después de la predicación de los Apóstoles y después de la efusión del Espíritu Santo, nos seguimos preguntando a veces estas cosas, imaginémonos hasta dónde podían llegar las dudas en quienes le habían visto padecer, morir y ser vencido así como aparece en la Cruz.

Por eso la transfiguración es como un mensaje, como un adelanto de la Pascua, es como un aperitivo de la Pascua, es como un contarnos por adelantado: "Mira, no todo lo que brilla es oro"; o más bien en esta vez al contrario: "Hay cosas que poco brillan pero que valen demasiado". Y yo creo que nosotros cristianos, tenemos muchísimo que aprender en la Cuaresma y para toda nuestra vida de este misterio de la transfiguración de Jesús.

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