PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE
Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

sábado, 12 de febrero de 2011

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO (6° TO "A")

¿CUMPLO Y MIENTO O CUMPLIMIENTO?
(Mt 5, 17-35)
Jesús está con sus discípulos haciendo un largo discurso donde les enseña muchos mandamientos y preceptos para que puedan ser felices. Hoy escuchamos algunos pequeños versículos de toda esta sección.

Lo primero que el Señor hace es una comparación con los maestros de la ley y fariseos enseñando que no hay que hacer como ellos que hablan mucho de las cosas de Dios pero no las cumplen en la vida. Lo importante es llevarlas a la vida de todos los días. Lo más importante en esta parte del discurso es la obediencia a la Ley de Dios.
Muchos se preguntan porqué hay que ser obedientes a los caprichos de Dios. En los medios de comunicación se malinterpreta esto y pueden hacernos dudar de la validez de los mandamientos. Recordemos que en primer lugar los mandamientos fueron dados por Dios como un “código” para encontrar la felicidad. Sólo si somos obedientes a Dios podremos alcanzar la felicidad plena.
Inmediatamente el Señor nos pone ejemplos concretos de obediencia a la ley y como algunos pretenden “hacer trampas” a lo que Dios nos pide.
El segundo tema tiene que ver con el enojo y la maldición de los demás. Por más mala que pueda llegar a ser una persona nunca se la debe maldecir. Tampoco se debe matar ni físicamente, ni con la indiferencia a nadie. La violencia y la agresión nunca puede ser el camino de un discipulo de Jesús. Es un fuerte llamado para revisar nuestras conductas tanto externas como nuestra vida interna.
En tercer lugar Jesús habla del matrimonio. Pero lo que dice se puede aplicar a cualquier tema que tenga que ver con el mal uso de la sexualidad. Es importante entender que hay que crecer en el amor auténtico que siempre respete a las personas y que sea fiel al compromiso asumido en la vida del Sacramento del Matrimonio. Y de la misma manera entender que Dios quiere nuestra felicidad, y  que la alcanzaremos en la medida que vivamos tal como Dios ha querido que viviéramos en la relación con las demás personas, entre las que está situada nuestra sexualidad.
Por último, se enseña a no usar en nombre de Dios en vano y a no usar su nombre para los juramentos. Tampoco se debe jurar por nada ni por nadie. Hay que ser hombres y mujeres de palabra. Cuando algo sea sí, decir sí... cuando sea no, decir con claridad que no.

Este tema es muy importante para aprender nuestra actitud frente al lenguaje y a la comunicación. No hablar demás ni hablar cosas que no sean ciertas. Jesús nos invita a ser veraces, es decir, a hablar siempre con la verdad.

El que busque seguir estas normas será plenamente feliz si logra vivirlas y cumplirlas en su vida. De otra forma, nos está diciendo Jesús que no alcanzaremos la felicidad que todos buscamos.

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