PARROQUIA DE COLALAO DEL VALLE

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Casa y Templo parroquial Ntra. Sra. del Rosario

lunes, 22 de noviembre de 2010

NO ES CIERTO LO QUE DICEN QUE DIJO BENEDICTO 16

Domingo 21 de noviembre de 2010

EL portavoz del Vaticano aclara en un comunicado que el Papa no ha querido tomar posición en su libro-entrevista sobre el problema de los preservativos

Esta tarde se ha hecho público un comunicado del director de la oficina de prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, sobre las palabras del Papa Benedicto XVI referidas a la sexualidad y al preservativo en el libro-entrevista “Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos”, del escritor alemán Peter Seewald con Benedicto XVI. El texto del comunicado es el siguiente:

El Papa reitera con claridad que en aquel entonces él no había querido tomar posición sobre el problema de los preservativos en general, sino que había querido afirmar que el problema del SIDA no se puede resolver con la única distribución de profilácticos, sino que es necesario hacer mucho más: prevenir, educar, ayudar, aconsejar, ser cercanos a las personas, ya sea para que no se contagien así como a las ya las contagiadas. El Papa observa que también en el ámbito no eclesial se ha desarrollado una análoga consciencia, como se aprecia en la teoría denominada ABC (Abstinence – Be Faithful – Condom), en la que los primeros dos elementos (abstinencia y fidelidad) son mucho más determinantes y fundamentales en la lucha contra el SIDA, mientras el profiláctico aparece en último lugar como escapatoria, cuando faltan los otros dos… Por tanto debe ser claro que el condón no es la solución del problema. Mas adelante, el Papa amplía la mirada e insiste sobre el hecho de que concentrarse sólo en el profiláctico equivale a banalizar la sexualidad, que pierde su significado como expresión de amor entre personas, y se convierte en algo así como una “droga”. Luchar contra la banalización de la sexualidad es “parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad”. A la luz de esta visión amplia y profunda de la sexualidad humana y de su problemática actual, el Papa reafirma que “naturalmente la Iglesia no considera los profilácticos como la solución autentica y moral” del problema de SIDA. Con ello el Papa no reforma o cambia la enseñanza de la Iglesia, sino la reafirma colocándose en la perspectiva del valor y de la dignidad de la sexualidad humana como expresión de amor y responsabilidad. Al mismo tiempo el Papa considera una situación excepcional la que el ejercicio de la sexualidad represente un verdadero riesgo para la vida del otro. En ese caso, el Papa no justifica moralmente el ejercicio desordenado de la sexualidad, sino que considera que el uso del profiláctico para disminuir el peligro de contagio sea “un primer acto de responsabilidad”, “un primer paso en el camino hacia una sexualidad más humana”, en vez de no utilizarlo, exponiendo al otro a arriesgar su vida. El razonamiento del Papa no puede ciertamente ser definido como un “viraje revolucionario”. Numerosos teólogos morales y válidas personalidades eclesiásticas han sostenido y sostienen posiciones análogas; sin embargo, es verdad que no las habíamos escuchado aun con tanta claridad de la boca de un Papa, si bien en una forma coloquial y no magisterial. Benedicto XVI nos ofrece valientemente una importante contribución a la clarificación y la profundización sobre un asunto ampliamente debatido. Es una contribución original, porque, por una parte reitera la fidelidad a los principios morales y demuestra lucidez en el rechazar un camino ilusorio como la “confianza en el profiláctico”; y por otra manifiesta una visión comprensiva y de largo alcance, atenta a descubrir los pequeños pasos – aunque sean iniciales y aun confusos – de una humanidad espiritualmente y culturalmente a menudo muy pobre, hacia un ejercicio más humano y responsable de la sexualidad.

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